Ur, la más rica de las ciudades de Mesopotamia en la Edad del Bronce temprana
Edad de Cobre
La Edad del Cobre, o Calcolítico, como lo mencionamos en el artículo Principales Características de la Edad del Cobre, fue un periodo intermedio entre la Edad de Piedra tardía (o Neolítico) y la Edad del Bronce, donde se originaría la Civilización tal y como hoy la entendemos.
Ahora, hay que tener en cuenta que estamos hablando de periodos donde estos cambios tecnológicos sucedían a ritmos mucho más lentos. Por ejemplo: el descubrimiento del cobre ocurrió en Anatolia en algún momento del VI Milenio a.C., pero no se popularizaría en la región hasta miles de años más tarde. Esto tiene que ver tanto con la eficacia de las tecnologías previas (después de todo, la roca es un elemento extremadamente útil y resistente) como con la dificultad para llevar conocimientos de un lugar a otro.
Sin embargo, para el IV Milenio a.C. vemos el cobre aparecer en toda la región que iba desde el sur de Egipto (lo que hoy es Egipto) a Bulgaria, y de las montañas de Irán a las costas españolas. Al parecer, la presencia relativamente abundante de minas y la facilidad de fabricar hornos en arcilla, de la mano con nuevos conocimientos para endurecer el metal, habían hecho que este material se volviese clave en las armas y las herramientas de muchísimas sociedades en este vasto territorio.
Pero la Revolución que venía: la aleación del Bronce, sería mucho más compleja y tendría un impacto mucho mayor en los destinos de la Civilización.
Cobre y Estaño
Las primeras evidencias que tenemos del Bronce provienen de Serbia, de mediados del V Milenio a.C. Resulta notorio que provengan de una región aislada y muy alejada de lo que hasta entonces había sido el “centro” de este tipo de descubrimientos: Anatolia, el Levante y Mesopotamia.
Pero hay una explicación muy simple: el estaño.
Las minas de estaño rara vez quedan cerca de las minas de cobre. En general, el cobre se encuentra con facilidad en el este de Europa y el oeste de Asia, mientras que el estaño se concentra en Europa Central y Oriental. Esto significa, esencialmente, que a menos que una persona de Anatolia (por ejemplo) pudiese viajar de un lado a otro del continente difícilmente podría acceder a los dos materiales.
Serbia, por su ubicación, tiene acceso relativamente sencillo a ambos materiales, por lo que no resulta sorprendente que hayan sido tribus de esta región las primeras en realizar el descubrimiento. Pero para que el bronce se convirtiera en un producto producido a gran escala (como el cobre) hacía falta algo más: hacían falta redes comerciales de gran extensión. Y esto, al menos, no era tan fácil de lograr en un tiempo de tribus y pequeñas aldeas.
Y es aquí quizás donde llega la gran Revolución del Bronce. En el afán de conseguir el valioso estaño, las pequeñas ciudades fueron creciendo, construyendo estados incipientes y, con el tiempo, los primeros reinos e imperios. Este proceso, que comenzó en Sumer hacia el milenio IV a.C., estuvo relacionado también con fenómenos como la mejora en el transporte, mayor productividad agrícola (por mejoras en las técnicas de siembra) y la invención de mecanismos políticos que permitieran su sostenibilidad en el mediano plazo.
Y como tal, cambió el mundo.
Espadas de Bronce del siglo XIII a.C.
La Edad del Bronce
Inicios: Súmer y Mesopotamia
Para los tiempos en los que las primeras ciudades-estado comenzaban a conquistarse entre sí en Sumer, el Bronce era apenas una curiosidad en las fronteras occidentales de Asia. Sin embargo, ya desde el principio estas sociedades se dieron cuenta de que este material era mucho más duro que el cobre, y podía usarse de manera más eficiente tanto para el trabajo como para la guerra.
Pero la revolución de Sumer no tenía nada que ver con esto. Estaba más bien dirigida por la aglomeración de muchos campesinos en las fértiles riveras de los ríos Tigris y Éufrates y la imposibilidad de moverse a ningún otro lado (el resto de la región es desierto, se necesita el río para regar). Es por eso que se presume que las primeras sociedades nacieron aquí y en el Nilo.
Es probable que durante sus primeros mil años de historia, las sociedades de Sumer apenas conocieran el bronce. Uno que otro mercader, o un viajero de las fronteras, podría haberlo traído en alguna ocasión, y seguramente se habría convertido en un objeto de curiosidad y un metal de altísimo valor. Pero para finales de la Historia de Sumer (cuando la última de sus ciudades, Uruk, cayó ante los Acadios hacia finales del III Milenio a.C.), el bronce se había convertido en uno de sus elementos fundamentales, impulsando a los diversos gobernantes del Imperio a realizar todo tipo de esfuerzos hacia el occidente para garantizar el establecimiento de redes comerciales que permitieran la llegada de estaño abundante para las forjas del Imperio.
Avanza la Civilización: la Guerra
Y no eran los únicos. En el Occidente, con minas desconocidas de estaño (quizás ubicadas en Asia Central), los gobernantes de Elam mostraban desde ya el poder de las fortalezas naturales iraníes. Y en el Oriente, en lo que hoy es Siria y Canaán, los nómadas Amoritas también buscaban el control del estaño, con el que fabricaban sus armas para invadir los más organizados -y ricos- imperios del Oriente.
Y en Egipto, por supuesto, vemos aparecer el bronce como material ya en el periodo Protodinástico. Oficialmente, la Edad del Bronce comienza en la región hacia el 3150 a.C., con la unificación del Bajo y el Alto Egipto en un solo gobierno, y por no poca influencia de la necesidad de controlar mejor las rutas comerciales y garantizar la llegada del estaño a la totalidad del territorio.
Soldados de la Edad del Bronce
Y aquí llega una de las características fundamentales del Bronce: una vez una sociedad lo tenía en abundancia, sus armas se volvían mucho más efectivas. Las espadas de bronce mantenían su filo al chocar con las de cobre, los escudos permitían desviar con facilidad el impacto de las hachas. Por esta razón, el bronce se convirtió de un lujo a una necesidad, e impulsó mejoras en el desarrollo armamentístico y logístico de los Imperios que ahora dependían de este material para no desaparecer.
La Era de los Imperios
Y fue así como la práctica totalidad del Medio Oriente, el Mediterráneo Oriental y las riveras del Nilo se convirtieron en centro o gobierno de poderosos Imperios Antiguos.
Los Hititas en Anatolia. Las dinastías Micénicas en Grecia. Los Asirios y Babilonios en Mesopotamia y (por supuesto) los Egipcios en Egipto fundaron todos poderosos imperios que durarían siglos y combatirían unos con otros de manera recurrente. Entretanto, hacia comienzos del II Milenio a.C. un pueblo de comerciantes, los Fenicios, comenzó a construir más y mejores navíos y a extender las redes comerciales hasta las Islas Británicas (entonces una de las principales fuentes de estaño), incrementando el impacto de la civilización en la totalidad del Mediterráneo y en las costas de Europa y África.
La escritura es una de las invenciones más importantes de la Edad del Bronce e hizo posible la creación de grandes burocracias estatales
Y cada uno de los imperios se esforzaba, hasta donde fuera posible, en mantener el control de minas propias de estaño y cobre (si las había) o brindar protección a pequeños reinos aliados que lo produjeran y vendieran al Imperio a un valor asequible. Así como el petróleo en el siglo XX, fue el bronce el que impulsó la política de casi un milenio de Historia, llevando a la rápida distribución de innovaciones como la escritura, necesarias para tener mejor control de los vastos territorios.
Pero como todo, la Edad del Bronce llegó también a su fin. Y no fue, como con la Edad del Cobre, una suave transición, no, fue uno de los eventos más catastróficos de la Historia y uno que aún estamos tratando de explicarnos.
Catástrofe
En algún momento del siglo XII a.C., un grupo de pueblos comenzó a marchar hacia el Oriente. Primero la Grecia Micénica, luego Hatti y por último Asiria cayeron ante su avance, y la única razón por la que conocemos su Historia es que un Egipto debilitado y golpeado logró sobrevivir. Así, es en las paredes egipcias donde se narra la Historia de los Pueblos del Mar, el ejército conquistador que destruyó una Civilización Milenaria y dio fin a la Edad del Bronce.
De esto hablamos en el artículo Grandes Misterios de la Historia: los Pueblos del Mar.
Pero en cualquier caso, con la destrucción de los grandes imperios y la desaparición de las redes comerciales, la estructura que mantenía viva la civilización de la Edad del Bronce colapsó, y el bronce dejó de usarse en gran parte de estos territorios. Las sociedades volvieron a su autoarquía, y se calcula que una gran cantidad de población murió al no haber suficientes alimentos para todos. El declive demográfico marcaría el futuro del territorio.
Sin embargo, en este nuevo contexto, las tribus y aldeas, aisladas luego de milenios de contacto constante, se vieron obligadas a jugar con materiales que antaño eran simplemente desechados. Uno de estos materiales, el hierro (que era más bien fácil de conseguir), era conocido por su dureza y, al mismo tiempo, por su debilidad, pues se quebraba y rompía con facilidad. Pero en algún momento de este periodo, un herrero descubrió que combinando el hierro con carbón y enfriándolo en agua se creaba un material que rivalizaba con el bronce en dureza, pero era mucho más liviano.
Se trataba del acero.
Y así, de las cenizas de la Civilización del Bronce, se alzaría una nueva, diferente, que terminaría por ser aún más brillante y poderosa: la Civilización del Hierro. Pero de ella hablaremos en un próximo artículo.
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Edad_del_Bronce
- https://en.wikipedia.org/wiki/Bronze_Age#Asia
- https://en.wikipedia.org/wiki/Ancient_Near_East
- https://en.wikipedia.org/wiki/Prehistory_of_Anatolia#Bronze_Age
- https://www.quora.com/What-caused-the-Bronze-Age-Collapse
- https://www.quora.com/What-is-the-Bronze-Age
Imágenes: 1: realmofhistory.com, 2 y 3: salimbeti.com, 4: study.com