Templarios
La Orden de los Pobres Caballeros de Cristo y del Templo de Salomón, mejor conocida como Orden del Temple, es seguramente una de las sociedades secretas más conocidas y sobre las que más historias se han relatado.
Los orígenes del Temple, de acuerdo con las fuentes oficiales, se ubican en torno al 1120 d.C., y su aceptación por parte de la Iglesia tomaría poco más de una década a partir de este momento. El objetivo de la Orden era proteger a los peregrinos cristianos que viajaban a Jerusalén y defender el recién creado reino cristiano en las tierras del Levante, que había sido creado gracias al empuje europeo de la Primera Cruzada. Según se cuenta, el mismo Rey Balduino – primer monarca cristiano de Jerusalén – les daría como regalo el Antiguo Templo de Salomón, de donde obtendrían su nombre.
Algunos hablan de organizaciones secretas previas a la Orden del Temple. Es posible que así fuese, aunque difícil de probar. En cualquier caso, no es sobre ello que nos interesa hablar en estas páginas, sino sobre la Flota Perdida de la Orden de los Templarios.
La Flota Perdida del Temple
La Orden de los Templarios tuvo gran acogida en Europa y se caracterizó por su independencia, garantizada por las órdenes papales que les permitían manejar sus propios asuntos con una libertad impresionante. Sus números aumentaron rápidamente, así como sus riquezas, y pronto se convirtieron en un grupo más rico que cualquier monarca del continente.
Su prestigio, en gran parte, venía del control y la defensa de Tierra Santa. Cuando Saladino los expulsó de Jerusalén, en el año 1187, su situación comenzó a volverse cada vez menos sostenible y su lenta decadencia habría de comenzar. Eventualmente los monarcas europeos ni siquiera estarían interesados en reconquistar Jerusalén y habrían comenzado a ver en los templarios a un enemigo potencialmente peligroso.
Fue así que Felipe IV, monarca francés, organizaría secretamente la destrucción del Temple en 1307 con la captura simultánea de sus líderes y el robo de sus riquezas. Sin embargo, parece ser que al menos una parte de la flota que los Templarios habían construido logró salvarse y, advertida de los acontecimientos, huir con una parte importante del tesoro templario.
La Flota Templaria escapó del Puerto de La Rochelle, de eso no hay duda alguna
De acuerdo con María Lara, investigadora y autora del libro “Enclaves Templarios”, los 13 buques habrían escapado del puerto de La Rochelle con la bandera de la Orden en busca de un refugio. Esto, que está bien documentado en las fuentes de la época, abre un cuestionamiento más importante: ¿dónde atracaron?
América
No existe registro de llegada a puerto alguno europeo, y podemos suponer con algo de certeza que los templarios no marcharían directo a un puerto árabe, pues allí serían considerados como enemigos. No es, por lo demás, particularmente probable que quisieran refugio de sus más grandes contrincantes.
Las teorías sobre su llegada suelen dividirse entre el naufragio – que nos ahorraría de explicar qué pasó con ellos –, Escocia y Sicilia. En ambos casos se trataba de territorios relativamente alejados del papado en los que los templarios habrían tenido cierta libertad e incluso la protección de los monarcas. Una opción parecida, pero poco barajada, es la llegada a Portugal.
María Lara, la investigadora que elucubra sobre el destino de la flota
Sin embargo, teniendo en cuenta que los templarios huyeron en el Atlántico en dirección a las Columnas de Hércules se ha considerado como algo probable que cabalgasen sobre las mismas corrientes de viento que eventualmente llevarían a Colón y más por casualidad que por decisión terminaran en el continente americano. Esto, que no parece tener mucho sentido en primer lugar, encaja con algunas referencias coloniales que hablan de pueblos mesoamericanos que conocían las cruces y las ropas metálicas antes de la llegada de los españoles y que por lo tanto no se vieron sorprendidos por su llegada.
Estas historias, provenientes de algunas fuentes mayas – y que parecen encajar con la figura del dios Kukulcán, al menos en el siglo XV – bien podrían ser remanentes de un naufragio europeo en costas americanas casi 200 años antes de la llegada de Colón. Al menos, tenemos una teoría de quién pudo haber llegado allí.
Fuente de imágenes: 1 y 3: abc.es, 2: taringa.net