La población masculina, según la mirada de la ciencia, tiende a ser más pasional, salvaje y obsesivo con el goce sensual. Según algunos estudios psicológicos, cada siete segundos un varón piensa en copular, pero han surgido muchas teorías en contraposición.
Recientemente, se han equilibrado las posturas, teniendo en cuenta que hay días de días, en los que la psicología y las circunstancias varían e influencian notablemente el deseo erótico. En tal sentido, se han podido analizar algunos factores que explican las razones de por qué un hombre puede perder las ganas de hacer el amor. Veamos algunas de estas:
Problemas de identidad
Hay momentos en el año o en la vida, en que un sentimiento de inseguridad agobia a los varones, afirma Paul Coleman, psicólogo de la Universidad de Harvard. Le ha definido como un problema a la hora de identificarse a sí mismo y a la realidad que lo circunda. Pero esas crisis existenciales surgen especialmente cuando se afronta una situación de desempleo, la pérdida de un ser querido, o algo similar.
Entonces deviene una sensación de haber perdido la fe de sus creencias más arraigadas. Inclusive hay instantes en la vida de un hombre en que se cuestiona sobre la orientación de su sexualidad, explica el doctor Coleman.
Estrés o mucho trabajo acumulado
Tener todo el trabajo en la cabeza y encima, es óbice para poder disfrutar de una intimidad apropiada. El estrés también deviene por muchas otras causas, como problemas económicos, problemas con alguna persona o familiares, etc. Realmente son muchas las causas, pero en ese estado, pocas son las ganas de pasión.
La masturbación y la pornografía
Son dos factores que, según los expertos, son los principales motivos de la pérdida de interés en el coito con la pareja. A medida en que ha avanzado la internet, así mismo la pornografía llega con mayor facilidad a cada hogar y persona.
Las cifras son escandalosas, sobre todo teniendo en cuenta que casi el 40% de la audiencia de páginas XXX son niños y según los estudios, desde esa temprana edad se tienden a crear adicciones muy fuertes a esta clase de contenidos, prefiriendo en muchos casos el auto placer con las escenas en la pantalla, que con la misma pareja.
Enfermedades y deficiencias en la función sexual
Cada día, aumenta el número de hombres que padecen problemas como eyaculación precoz y e impotencia. Esto también es una razón fundamental para un varón, de perder el interés por las relaciones íntimas. Hay algunos hombres que estos males, los conduce a abstenerse por completo de la actividad erótica.
Desconexión ante ciertos aspectos del sexo
Dentro de los estudios efectuados al respecto, se ha visto que algunos varones sienten rechazo a varios aspectos o formas de la sexualidad, mismas que perciben como muy excéntricas y desagradables, o también puede que en el fondo se sienta juzgado o criticado por pretender otras prácticas no tan convencionales, temiendo que su pareja los vaya a rechazar.
Las cuestiones hormonales
Es evidente que, dentro del ámbito endocrinológico, la testosterona es el estimulante número uno para activar el deseo carnal. Por ese motivo, muchos varones al ser conscientes de que están experimentando una reducción significativa de la lívido, se someten a un análisis detallado del nivel de testosterona en su sangre.
Los médicos han confirmado la relación directa entre testosterona y apetito sexual. Pero al contrario, si se posee mucha prolactina y globulina fijadora de hormonas sexuales, el deseo puede perderse.
Desacuerdos y peleas con su pareja
Definitivamente, cuando ha habido encontrones y discusiones fuertes entre una pareja, las ganas de copular se disminuyen bastante. Algunas mujeres o varones lo hacen a modo de venganza con su pareja, aunque para otros se trata de una imposibilidad generada por los estados negativos de la psiquis y hasta que no resuelvan sus conflictos, no se normalizará la situación.
Problemas de sueño
Es indudable, que cuando se está en plena adolescencia y juventud, una mínima oportunidad de coito basta como para sacrificar sin problema una noche de sueño. Pero a medida en que una relación se consolida y las personas van envejeciendo, la sexualidad va perdiendo el centro de gravedad y muchas veces se prefiere el placer de dormir, que el otro.
Imagen: pixabay.com