Representación de los soberanos incas
En los capítulos anteriores vimos las características del Tahuantinsuyo: las grandiosas construcciones Incas y sus avances en ingeniería, ciencia y arquitectura. Las grandes construcciones, prueba de una sociedad increíblemente organizada, son el legado más importante que nos ha dejado este pueblo, nacido en lo alto de las montañas peruanas.
Sin embargo, muchas de las tradiciones indígenas aún perviven, y otras, aunque no se realicen, han quedado en la memoria de los cronistas y en los documentos coloniales. Los Incas, al igual que muchas sociedades americanas, creían en un panteón de dioses que representaban el medio ambiente y habían desarrollado un equilibrio con sus ecosistemas, usando de manera magistral los recursos. Pero (y también igual que muchas otras sociedades) su espiritualidad y su modo de ver el mundo los llevaban a realizar actos que hoy consideraríamos atroces. Veamos algunas de las tradiciones Incas más importantes:
La educación de los jóvenes en el Imperio
Al igual que todas las sociedades antiguas, los Incas tenían una estratificación social muy estricta. Al contrario que sus vecinos del norte, los aztecas, era casi imposible que un joven de baja cuna lograra llegar a una posición aristocrática. Es poco lo que se sabe de los jóvenes campesinos indígenas, pero según las fuentes tenían acceso a un cierto bienestar dentro de su población, donde sus padres oraban y le educaban en el templo de la comunidad.
Sin embargo, la educación de los nobles indígenas era muchísimo más estricta. Los pequeños acudían a 4 años continuos de clase donde aprendían el quechua, el uso de los quipus como herramientas para manejar las cuentas imperiales (los cuales, por lo demás, jamás se han descifrado) y se les enseñaba la religión y la lengua del Imperio. Los jóvenes, luego, entraban a servicio del Inca en el manejo social, religioso y administrativo del Imperio.
Pero lo más interesante de la crianza de los jóvenes, sin lugar a dudas, era la modificación que los Incas hacían a sus cabezas. En algunos sectores de la aristocracia (no está del todo claro cuales) era tradicional que a los pequeños se les ponía una tablilla amarrada en la cabeza con el objetivo de que el cráneo se alargara. Así es, al igual que los indígenas de la costa pacífica norteamericana, entre los incas tener un cráneo alargado era una cuestión de prestigio.
«La Doncella», uno de los tres niños encontradas en los Andes que fueron ofrecidos como tributo
Nadie conoce los orígenes de esta tradición, que muchos atribuyen a visitantes extraterrestres. Lo poco que se sabe es por los relatos de los cronistas y por los restos indígenas que han sido encontrados.
Las macabras tradiciones incas de momificación y sacrificios humanos
La momificación de los sacerdotes
El rito de momificación de los sacerdotes incas, así como de algunos soberanos, pasaba por la aprobación de éstos. Lamentablemente, no es mucha la información que se tiene sobre esta tradición, pero se sabe que se realizaba siempre en las inmediaciones de Cuzco, en una piedra ritual conocida como la cámara de los sacrificios. El sitio era denominado Quenqo.
Cuando el sacerdote o soberano consideraba que las condiciones eran indicadas, entraba en un proceso de meditación y tomaba infusiones de coca y chicha por algún tiempo (no se sabe si horas o semanas). Tras encontrarse en un estado mental alterado, debido al consumo de estas sustancias, el hombre se sentaba en la piedra ritual al caer la noche, donde comenzaba a meditar.
Cuzco se encuentra a más de 3.000 metros sobre el nivel del mar, por lo que las noches pueden ser bastante gélidas. El contacto de la piel con la roca pronto hacía que el cuerpo entrara en un estado de hipotermia, perdiendo sensibilidad y cayendo en el lento sueño de la muerte.
Cuando la persona ya se encontraba completamente inconsciente, los sacerdotes introducían la mano por su recto y retiraban los intestinos, tras lo que la introducían en una de las cámaras de las cuevas aledañas.
El «Tumi», usado en las cirugías cerebrales incas
El sacrificio de niños a los dioses
Sin embargo, no eran solo sacerdotes quienes se momificaban. Los Incas, en periodos de crisis o de catástrofe ambiental, tenían como tradición sacrificar niños a los dioses para que volvieran tiempos mejores. Estos niños, normalmente parte de la clase religiosa, se elegían con meses o años de anterioridad y eran siempre abandonados en los grandes nevados y volcanes, donde se pensaba que los sacrificios serían bien recibidos.
De acuerdo con las evidencias, a los niños se les daba chicha y coca el año anterior al sacrificio, tras lo cual eran llevados a lo alto de los nevados y abandonados allí para que la naturaleza tomaba lo que le pertenece. El hallazgo más reciente ocurrió en 1999, cuando un equipo de exploradores encontró tres de estos niños en las cercanías del volcán Llullaillaco en Salta, al norte de Argentina. Los pequeños tendrían menos de 13 años al momento de su muerte.
Las cirugías cerebrales incas
Ya para terminar, vale la pena profundizar en un tema poco explorado que es la medicina inca. Esta cultura contaba con un objeto llamado Tumi con el que realizaban cortes a los cráneos de las personas. De acuerdo con las crónicas, los pacientes eran primero “sedados” con coca y chicha, para proceder a la operación, en la que se abría un agujero en el cráneo del paciente. Normalmente, estas operaciones se realizaban a personas que hubieran sufrido heridas en la guerra, principalmente a nobles.
El corte muestra la precisión de las operaciones incas
Los cráneos incas que quedan ilustran la perfección de los cortes de los cirujanos, pero lo que es más sorprendente: un análisis de los cráneos de personas operadas reveló que más de un 90% sobrevivía a la cirugía y vivía por varios años más. Se trata de una tasa de éxito impresionante para una operación tan delicada.
La trepanación es la muestra de los grandes avances que los incas habían logrado en términos médicos. Lamentablemente, muchas otras tradiciones se perdieron, y jamás sabremos cuáles, o cuántas. El paso por la Historia de la civilización andina alcanza su máximo desarrollo con los Incas. Lamentablemente, la falta de escritura hizo que gran parte de su mundo no llegara hasta el nuestro: solo algunos testimonios y las crónicas de los conquistadores nos acercan a esta magnífica sociedad.
Aquí termina nuestra serie sobre los Incas. En estos enlaces pueden encontrar los demás artículos de la serie:
Parte 1
Parte 2
Parte 3
Parte 4
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