Por esta razón, negar el sueño a los combatientes enemigos es una estrategia muy conocida en el ámbito militar que si bien no lleva a tomar posiciones enemigas, ni a ganar batallas, si permite en el largo plazo comenzar a erosionar la moral y capacidad de combate de las tropas enemigas. Esto significa que muchos ejércitos invertirán considerables recursos en mantener a sus enemigos alerta, noche tras noche, con la esperanza de que esto se acumule y permita avances decisivos con el paso del tiempo.

Esto ha ocurrido en diversas ocasiones, tanto en el pasado como en el presente. A continuación veremos algunos casos de cómo mantener al enemigo despierto fue clave para ganar una victoria.

Batalla de Gaugamela      

En el año 331 a.C. un hasta entonces desconocido reino occidental amenazaba el gigantesco y poderoso Imperio Persa. Se trataba de Macedonia: una pequeña nación que había conseguido consolidar dominio sobre todo el territorio griego y buscaba  continuar su expansión hacia el oriente.

Darío III, Emperador de Persia, no estaba dispuesto a esperar pasivamente a que este advenedizo le arrebatase todo lo que le pertenecia, partió a enfrentarlo. Sin embargo, los macedonios eran comandados por Alejandro, uno de los generales más célebres de la Historia… y no sin razón. El joven rey tenía un talento increíble para la comandancia que llevó a que ganara sendas victorias en Asia Menor, debilitando la posición persa.

La estocada final llegaría en el año 331 a.C., cuando el ejército persa se enfrentó al macedonio en las llanuras de Gaugamela. A Alejandro le fue propuesto un ataque sorpresa en la noche, y si bien la idea no le gustó (no quería ganar una victoria poco memorable) lo cierto es que los rumores llegaron al bando persa. Por orden de Darío, los soldados estuvieron de pie toda la noche, formados, esperando un combate que nunca llegó.

En parte gracias a esto Alejandro ganaría una decisiva victoria el día siguiente.

Las Brujas de la Noche

Se trató de una división femenina de aviación de la Unión Soviética que combatió durante la Segunda Guerra Mundial y de la que hablamos en el artículo Nachthexen: Las Brujas de la Noche.

Esencialmente, se trataba de un grupo que volaba misiones nocturnas en aviones obsoletos (pero por ello silenciosos y difíciles de rastrear) que además de resultar en la disrupción de las líneas enemigas les impedía dormir. De hecho, parte específica de las instrucciones de la división eran no dejar dormir al enemigo, para garantizar que en la mañana las tropas soviéticas pudieran avanzar en mayor medida.

Los insurgentes de Afganistán

En este caso no se trata de una batalla específica ni de una división, sino de una táctica de guerra ejecutada por los talibanes en Afganistán.

Esencialmente, se trataba de lanzar morteros a posiciones cercanas a los cuarteles donde se ubicaban los Marines noche tras noche, garantizando así que nunca tuviesen una velada completa de descanso. Los insurgentes tomaban turnos para lanzar morteros desde posiciones diferentes, evitando su detección.

La estrategia funcionó bien en las regiones donde los Estados Unidos no tenían un control efectivo del área y llevó a la retirada de varios batallones. Sin embargo, no ha sido tan fácil de replicar en la actualidad, pues las nuevas tecnologías bélicas (como los drones) permiten tener una mejor vigilancia de los territorios.

Fuentes:

1. https://www.theatlantic.com/technology/archive/2013/07/night-witches-the-female-fighter-pilots-of-world-war-ii/277779/
2. https://www.quora.com/What-would-be-the-most-effective-way-of-conducting-psychological-warfare-against-a-platoon-of-Marines
3. https://www.battlemaps.eu/battles/gaugamela.html

Imágenes: 1: jenofont.wordpress.com, 2: huckberry.com