La Biblioteca de Praga en la que apareció la colección
Los Nazis y el Ocultismo
Estamos en 1935: Hitler se encuentra a la cabeza del gobierno alemán y está rápidamente levantando un país postrado de las ruinas de la crisis económica causada por las irresponsables decisiones de los aliados en el Tratado de Versalles. Sus intenciones, sin embargo, van mucho más allá.
La primera mitad del siglo XX fue un periodo importante para Europa: alcanzó un dominio global como nunca antes y comenzó a desarrollar un conocimiento del pasado hasta entonces impensable. De la mano de exploradores y aventureros se encontraron las ruinas de antiguas civilizaciones olvidadas – Hatti, Asiria o Babilonia, por dar un ejemplo – y se descifraron lenguajes que habían permanecido ocultos por milenios – como el hitita, el asirio y los jeroglíficos egipcios. Esto (que comenzó hacia finales del siglo XVIII) les permitió conocer como nunca antes el impresionante pasado de la humanidad.
Cuando quedó claro que mucho de lo que se sabía era una mentira y el mundo se abrió a las enseñanzas de los antiguos sacerdotes muchos comenzaron a considerar la posibilidad de que fuerzas ocultas rigieran los destinos del mundo. Fue un periodo en el que la física apenas comenzaba a escarbar los secretos de la materia y la energía y fuentes infinitas de energía se prometían en las profundidades de los átomos. Y fue también un tiempo prolífico para el ocultismo.
Hitler, como muchos de los nazis, estaba convencido de que el pasado de la raza aria incluía gloriosas civilizaciones como aquellas del Medio Oriente y que en tiempos antiguos los antepasados de raza pura habían alcanzado niveles insospechados de desarrollo físico y mental. Con esto en mente, los nazis se lanzaron a una búsqueda incesante en todo el mundo de pruebas que les permitieran demostrar esto y utilizarlo a su favor.
Ahnenerbe
Cualquiera que conozca las recientes películas de Marvel recordará a Hidra, la malvada división científica de los Nazis que terminó por salirse de las manos del mismo Hitler y convertirse en una organización secreta interesada en el dominio mundial y la destrucción de la libertad. En Capitán América, Hidra se dirige a Noruega, en donde encuentra los antiguos secretos de los dioses nórdicos y es capaz de recuperar una fuente inagotable de energía.
Lo que pocos saben – o sospechan – es que esto en verdad ocurrió. Aunque no se recuperó una fuente inagotable de energía (al menos, no que sepamos), los nazis si visitaron vastas regiones del mundo en su búsqueda del conocimiento oculto y saquearon más de una antigua biblioteca: no lo hizo Hidra – que no existía – sino la división ocultista del partido, Ahnenerbe (sobre la que hablamos extensamente De Monstruos, Dioses y Demonios: Ahnenerbe, la Sociedad Secreta de los Nazis).
Y tal como ocurre en Capitán América, uno de los lugares que con más fuerza sufrió esta búsqueda fue Noruega. Prueba de ello es el reciente hallazgo de una biblioteca ocultista de Heinrich Himmler – líder de las SS y mano derecha de Hitler – que contiene una extensa colección de libros ocultistas que habrían sido robados durante la incursión a aquel país.
Himmler estaba profundamente interesado en el ocultismo
La biblioteca de Himmler
El hallazgo se realizó en Praga, en la Biblioteca Nacional de la República Checa, en donde unos 13.000 libros fueron escondidos por los nazis y habían permanecido olvidados por 7 décadas. Dentro de la colección se encontraban 6.000 volúmenes que habían sido confiscados de la Orden Masónica Noruega, la que hasta entonces los tenía en su biblioteca en Oslo.
El hallazgo lo realizó Bjørn Helge Horrisland, un investigador masónico noruego que llevaba varios años siguiendo el rastro de algunos libros de la biblioteca masónica de Oslo. La colección, que incluye gran cantidad de información sobre asuntos sobrenaturales, aún no tiene precio y se cree que es verdaderamente invaluable. La única sección que refieren los medios sería una dedicada a la brujería y la caza de brujas en la Edad Media, un tema que fascinaba e intrigaba a Himmler.
Un mundo secreto
El asunto sale a la luz… parcialmente. Sabemos ahora que había una biblioteca secreta y que los nazis se apoderaron de ella, pero ¿qué libros contiene? ¿Qué estaban buscando?
Y más importante aún, recordemos que es un masón el que lleva mucho tiempo siguiendo el rastro de los libros ocultos… porque buscaba algunos títulos en específico. ¿Qué querían los masones noruegos que les fue arrebatado? ¿Podría tener alguna importancia en el siglo XXI?
Siempre es posible que esta búsqueda se haya realizado por pura y física curiosidad, o por un sentimiento rampante de nacionalismo que buscaba simplemente recuperar lo que había sido robado. Lo curioso de la búsqueda del Dr. Horrisland, sin embargo, hace natural la suposición de que algo importante, algo grande, se encuentra en aquellos libros. Algo que por alguna razón los masones no habían requerido en 50 años (o quizás, que llevaban buscando 50 años).
Pocas cosas ilustran tanto como esta noticia los caminos subterráneos que recorren colectivos de los que conocemos poco más que el nombre. Los líderes de estos grupos ocultos han encontrado lo que estaban buscando: ¿nos afectara eso a nosotros?
Fuente de imágenes: 1: taringa.net, 2: mundodesconocido.es, 3: historiayarqueologia.com