Un noble inmerso en la piratería
Posiblemente por despecho al no poder desposar a la Reina Elizabeth fue por lo que Raleigh se volvió un cruel pirata. Su despiadada manera de tratar a sus prisioneros, así como las heroicas campañas hechas en su paso por las Guayanas, denotan un hombre atormentado por una fría época en la que importó más el oro y la plata americana, que los sentimientos y la deliciosa literatura escrita por este aventurero inglés.
Su destino fue envuelto en las luchas contra los españoles en territorio americano, aunque sus ideas fueron capaces de llegar a la corona inglesa. La más importante fue colonizar América del Norte, logro que se vio en la fundación de Virginia, nombre puesto en honor a su amada reina.
Todas las luchas en la que estuvo envuelto entre 1580 a 1600, fueron decisivas en la organización del orden mundial. Comenzando por las grandes batallas contra la Armada Invencible Española en las que siempre fue un acérrimo perdedor, hasta las luchas en tierras venezolanas donde pudo hacerse con territorios que le valieron la muerte.
Su despecho por la reina se vio en acciones ridículas como el aventurarse para conquistar el mundo para la dama que nunca quiso estar con él, aunque quizás lo amara. Quizá por estos motivos se volvió un pirata: su talento se degeneró en una actitud silenciosa y un actuar violento contra sus enemigos americanos.
Su expedición por Guyana
Luego de organizar unos cuantos hombres y con alguna ayuda del parlamento inglés, surcaría el Orinoco, llegando a conocerlo mejor que cualquier persona en el mundo. Fue así que conoció la riqueza en estaño y de oro habida en este extenso territorio. Su lucha por encontrar el mítico Dorado, lo fue llevando a territorios del Rey Felipe II, donde encontró soldados españoles que tuvo que matar por su honra.
Dicen que Raleigh demostraría ser un hábil expedicionario, y la “Historia del Mundo” que escribiría unos años después en prisión lo haría un conocido poeta del Renacimiento.
Estando en tierras de pemones (grupo indígena venezolano), el pirata habría de conocer a Moroquito, un cacique que le juraría ayuda para retomar este territorio a cambio de algún puesto importante. Así Raleigh coloniza estas tierras que en teoría pertenecían al rey español y regresa triunfal a Inglaterra con unos nuevos territorios.
Claramente no podía dejar a su paso nada adverso al rey, así que San José de Oruña, poblado español de estos territorios es destruida y vuelta ceniza. El exterminio y la crueldad hacen mella en la ciudad, decapitando todas las personas. Niños y mujeres no se salvaron de esta limpieza.
Su primer encarcelamiento y la pérdida de amistad de la reina
Elizabeth Throckmorton sería la dama de honor que Walter tomaría para él en secreto. Lastimosamente todos se terminaron enterando y la reina dejó de considerarlo un protegido, así que en 1592 lo envía a la cárcel en la Torre de Londres hasta que recibe, con desconfianza, el perdón real. Terminaría por casarse con la dama de honor.
Estos años son complicados para Inglaterra por muchos motivos, especialmente por la guerra con España que prueba las fuerzas armadas navales inglesas contra la Armada Invencible. Como respuesta, los ingleses optarán por atacar muchas colonias españolas: incluso sitian Cádiz, batalla en la que participa Raleigh y donde termina con una pierna herida por la pólvora española.
Expediciones foráneas por América
Un rasgo de sus expediciones es la manera en que acabó por meterse en los territorios españoles en busca del mítico oro ancestral que ya había movilizado en el pasado a otros hombres como Gonzalo Jiménez de Quesada o Nicolás de Federmann. El mito lo retomó: sus hombres sitiaron Caracas mientras él se internaba en Rio del Hacha (actual Riohacha), lugar en el que perdió muchos hombres a causa de la dura resistencia desde Santa Marta.
La reina con pesar le terminó dando la gubernatura de Jersey, aunque no mucho tiempo estaría aquí pues para inicios del siglo XVII Jacobo I entraría al trono y lo mandaría encarcelar. Fue por ese motivo que le fueron declarados 13 años en condena por haber intentado atacar al rey, pero la verdad pudo haber sido otra, los españoles querían su cabeza y los ingleses querían buenas relaciones con los castellanos.
Su fin
Con la cabeza cortada terminó su vida uno de los más grandes y desdichados piratas de su época. Huelga decir que los españoles lograron que fuera juzgado por los tribunales ingleses, pero la verdad es que el rey le dio el consentimiento de salir de prisión, siempre y cuando le diera las prometidas Guayanas.
Creyendo que lo iba a lograr, realizó su última expedición donde atacó las costas venezolanas en vano. Sólo logró una manotada de muertes innecesarias, pues la Armada Invencible se había recuperado muy bien por los años de paz y no tuvo piedad con los intrusos.
Pudo escapar de milagro y llegó a las costas inglesas donde sería detenido para ser llevado a Londres. Actualmente queda el mito de un pirata- poeta entre las costas caribeñas colombianas donde se teme a este hombre que solía pasear silencioso por las playas en sus barcos para luego atacar a cañonazos los fuertes españoles. Hoy en día Raleigh se ha vuelto muchas cosas: un pirata sanguinario, pero también un ser poético que arrojaba la capa al barro para que las damas pasaran sobre él. Como único recuerdo, la capital de Carolina del Norte lleva su nombre
Se cree que actualmente su fantasma habita entre los extensos territorios del Orinoco.
Fuente de imágenes: 1: biography.com, 2: wikipedia.org, 3: britannica.com