El Pensante

Sufijo -eño / -eña

Idiomas y lenguaje - enero 22, 2018

 Es probable que lo mejor, antes de abordar una explicación sobre el sufijo –eño / -eña, sea revisar algunas definiciones, que permitirán entender este morfema propio del Español dentro de su contexto lingüístico preciso.

Definiciones fundamentales

En consecuencia, puede que también resulte pertinente enfocar esta revisión teórica en dos nociones específicas: la primera de ellas, la propia definición de sufijos, ya que esto permitirá tener presente la naturaleza del morfema –eño / -eña. Así también, será necesario pasar revista sobre el concepto de Sufijos de significado, por ser esta la categoría en donde se encuentra clasificado esta partícula. A continuación, cada una de estas definiciones:

Sufijos

De esta manera, se comenzará por decir que la Lingüística se ha dado a la tarea de definir los sufijos como un tipo de morfema tónico, que se une siempre de forma posterior a los diferentes lexemas o raíces, con el fin de originar nuevas palabras. Sin embargo, la constitución de estas nuevas formas lingüísticas puede responder a dos distintos procesos morfológicos, descritos a su vez de la siguiente manera:

  • Flexión: por un lado, los sufijos son identificados como partículas flexivas, puesto que pueden unirse a diferentes lexemas, con el propósito de originar alguna de las distintas formas que presenta una partícula según los accidentes gramaticales que va sufriendo de acuerdo a su contexto lingüístico.
  • Derivación: así también, los sufijos podrán desempeñar tareas derivativas, uniéndose de forma posterior a diferentes lexemas o palabras, para generar nuevas formas, distinguidas por contar con total independencia gramatical y semántica.

Igualmente, la disciplina lingüística resalta cómo los sufijos pertenecen, igualmente junto a los prefijos, infijos, interfijos y circunfijos, al conjunto de los afijos, existentes en las Lenguas naturales. No obstante, los sufijos se diferenciarían de todas estas partículas no sólo por el lugar específico en donde se unen a la palabra, sino por ser los únicos con la capacidad para cambiar la categoría gramatical de la palabra a la cual se anexan.

Sufijos de significado

En otro orden de ideas, será también necesario revisar de forma breve la definición de Sufijos de significados, los cuales son entendidos de forma general por la Lingüística como aquellos morfemas de tipo tónico, los cuales aunado al hecho de anexarse de forma posterior a la palabra, cuentan también con la característica de tener una carga semántica propia, la cual al momento en que lexema y sufijo se unen, comienza a formar parte también de esta palabra, orientando su significado.

Así también, la Lingüística señala los diversos sentidos que pueden tener los diferentes Sufijos de significado, existentes en el Español, y que serían los siguientes: sufijos de gentilicio, de profesión, de relación, de lugar, acción, cualidad, colectividad o superlativos.

Sufijo –eño / -eña

Teniendo presente estos conceptos, quizás realmente resulte mucho más sencillo comenzar a avanzar sobre la definición del sufijo –eño / -eña, el cual es entendido como un sufijo del Español, es decir, un morfema de tipo tónico, que se une sin excepción de forma posterior a la palabra, agregando además de su forma, una carga semántica, de ahí que la partícula –eño / -eña sea entendida igualmente como un sufijo de significado.

En cuanto al sentido que este morfema agrega a los distintos lexemas a los que se anexa, la Lingüística indica que se encontrarán tres de ellos, los cuales son descritos de la siguiente manera:

  • Como formador de gentilicios: en primer lugar, el sufijo –eño / -eña podrá ser usado para anexarse a algunos nombres de países o ciudades, a fin de establecer adjetivos que refieran al gentilicio del individuo. Por ejemplo: Panameño, Madrileña, Limeño.
  • Como formador de palabras que expresan pertenencia: así mismo, la partícula –eño / -eña podrá usarse para establecer palabras que sirvan para referir la pertenencia de una entidad a un hecho o lugar. Por ejemplo: Hogareño, Costeño.
  • Como formador de palabras que expresan semejanza: finalmente, el sufijo –eño / -eña será capaz también de unirse a algunas formas lingüísticas, con el propósito de establecer nuevas palabras, que sirvan como adjetivos, que den cuenta del concepto de semejanza o parecido. Por ejemplo: Aguileño, Pedigüeño. 

Imagen: pixabay.com