Teoría de los Caracteres Adquiridos
Dentro de las Ciencias Biológicas, se conoce como la Teoría de los Caracteres Adquiridos, a aquella promulgada en 1809 por el científico Jean Baptiste de Monet, reconocido por su título nobiliario: caballero de Lamarck, en la cual éste formula que los seres vivos van adquiriendo a lo largo de su vida cualidades, las cuales son capaces de ser trasmitidas a las generaciones siguientes.
Publicada por Lamarck en su libro Filosofía Zoológica y llamada en el mundo científico también teoría del Transformismo o Lamarckismo, esta tesis constituye la primera teoría evolucionista promulgada en el mundo, es decir, la primera hipótesis que involucra la idea de cambio en los cuerpos e individuos en el transcurrir del tiempo. De esta forma, a pesar de que Lamarck basó sus estudios en ideas de sus antecesores, donde resaltan Erasmus Darwin (abuelo de Charles Darwin) o el Conde de Buffon (George-Louis Leclerc) su mérito radica en haber dotado y basado sus conclusiones en un amplio método científico, consistente en la observación detallada de fósiles, plantas y animales.
Principios de la Teoría de Lamarck
En este sentido, luego de haber realizado largas jornadas de observación y apuntes, Lamarck llegó a tres grandes conclusiones, las cuales conforman los principios de su tesis:
- En primer lugar, y ahí radica el carácter evolucionista de su teoría, este científico concluyó que los seres vivos sufre –a lo largo de su vida- cambios en su comportamiento y fisionomía, a fin de adaptarse al medio ambiente que les rodea. Incluso ante cada nuevo cambio en el ambiente, se produce una respuesta de adaptación en el individuo, ergo, los seres vivos evolucionan en el trascurso del tiempo.
- Los cambios logrados por los individuos en el proceso de evolución son de carácter adquirido, pues los han obtenido en el correr de sus días, no de alguno de sus padres. En este sentido, Lamarck afirma que el origen entonces de estos caracteres adquiridos remite al uso continuo de uno o varios órganos o miembros del cuerpo, a fin de adaptarse ante la nueva necesidad impuesta por el ambiente.
- En tercer lugar, estos cambio o adaptaciones resultan tan útiles a la especie en cuestión, que comienzan a ser heredados a la generación siguiente, a fin de que estas se vayan perfeccionando en un proceso evolutivo que implica un sistema de mejora presente de generación en generación.
Las jirafas de Lamarck
Conocido comúnmente con este nombre, se conoce en el mundo científico el ejemplo que empleó Lamarck para demostrar en el mundo concreto, la adaptación, evolución y herencia de los factores adquiridos producto de estos procesos. Se llama de esta manera, pues Lamarck escogió la jirafa como ejemplo de su teoría. De acuerdo a este científicos, la jirafa comenzaba su vida comiendo de las ramas más bajas, no obstante poco a poco sus requerimientos alimenticios la iban obligando a querer alcanzar las ramas más altas, obligándola de esta manera a estirar poco a poco su cuello durante el curso de su vida, haciendo que cada vez su cuello fuese mucho más largo. Llegado el momento, las crías de esta jirafa nacerían con el cuello más largo del que tuvieron sus padres. Para Lamarck, este proceso evolutivo había traído como consecuencia palpable la altura del cuello de las jirafas de su momento, abuelas de las actuales.
Georges Cuvier, y las colas de los ratones
No obstante, la teoría de Lamarck fue terriblemente atacada por los científicos de su momento, quienes apoyaban a capa y espada la teoría creacionista, es decir, los seres vivos son actualmente como lo fueron en un principio cuando los creó Dios. Tal vez uno de sus más acérrimos detractores fue el científico Georges Cuvier, quien seguidor del creacionismo, acopló todos sus esfuerzos en demostrar que Lamarck estaba equivocado.
Para eso elaboró un experimento que consistía en cortar la cola de una generación de ratones y hacerlos reproducirse, para comprobar si ese factor adquirido era heredado en la siguiente generación. Después de varias poblaciones de ratones, Cuvier –quien además era uno de los científicos más prestigiosos de su época- pudo demostrar –cosa que sabemos hoy en día- que los factores o caracteres adquiridos no se heredan. La teoría de Lamarck entonces quedó abolida, condenando a Lamarck al escarnio y al olvido por parte del mundo científico, hasta la llegada de su muerte en el año 1829, cuando falleció en la más grande de las pobrezas.
La reivindicación de Lamarck
No obstante, treinta años después, la teoría de Lamarck fue reivindicada en su carácter evolucionista, cuando Charles Darwin (más información en Biografía de Charles Darwin) publicó su obra Sobre el Origen de las Especies. Demostrando que –a pesar de que los caracteres adquiridos no se heredan- en efecto como había apuntado el científico científico Jean Baptiste de Monet, caballero de Lamarck, los seres vivos evolucionan a lo largo del tiempo.
En cuanto al ejemplo de la jirafas de Lamarck, Darwin se decantó por la teoría de la adaptación natural, proponiendo que en la antigüedad existían dos especies de jirafas, las de cuello corto y las de cuello largo, debido a los cambios ambientales, las primeras no lograron tener acceso a las ramas más altas, sucumbiendo de hambre, mientras que las últimas no tuvieron problema en adaptarse, pues contaban con las cualidades para hacerlo, sobreviviendo así como especie hasta nuestros días.
Fuente de imagen: commos.wikimedia.org