Concorde
El 2 de marzo de 1969 se inauguró la que, se pensaba, sería una nueva era de la aviación: la aviación supersónica. Aquel día levantó vuelo por primera vez un avión Concorde, diseñado para superar la barrera del sonido. Alcanzando velocidades de hasta 2.140 km/h, este avión podía recorrer el Atlántico en menos de tres horas, comparado con las 7-8 horas de los aviones tradicionales.
Sin embargo, las cosas no salieron como se esperaba. Los tiquetes en Concorde, un avión que consumía una cantidad ingente de combustible y tenía un espacio relativamente pequeño, eran excesivamente costosos, y si bien el trato era de lujo no había espacios para asientos amplios, por lo que era significativamente más incómodo que la primera clase de aviones infrasónicos ordinarios.
Con el paso de los años quedó claro para las aerolíneas que los compraron que el asunto no iba a funcionar. Los tiquetes (aún en primera clase) bajaban de precio de manera cada vez más rápida, y los clientes preferían mucha comodidad por 8 horas que poca por 3. El accidente de un Concorde en el 2000 selló el destino y el último vuelo se realizó en 2003.
El retorno del avión supersónico
Desde entonces muchos se han preguntado si los vuelos supersónicos volverían a ser una realidad en nuestra generación. Y, al parecer este podría ser el caso, de acuerdo con recientes declaraciones de la NASA.
La Agencia Espacial de los Estados Unidos declaró que comenzaría la construcción de una nave supersónica de pasajeros que además de viajar más rápido que el Concorde y superará el problema del sonido (uno que limitó a esta aeronave en muchas regiones). Esta aeronave comenzará a construirse el próximo año y se espera que los vuelos de prueba comiencen hacia el 2022.
No está claro si el prototipo se venderá a alguna empresa de construcción de aviones o si la NASA lo producirá, lo que sería poco probable pues se trata de una agencia de investigación, no de una empresa.
Imagen: cnbc.com