El autor busca dar a conocer al hombre del agua haciendo un retrato de todas las habilidades que posee la deidad y de su capacidad para poder estrechar lazos con los seres humanos. Vásquez busca que su libro dé a conocer las riquezas de los ríos, difundir las tradiciones y folclor y también colaborar con el fortalecimiento de la identidad de una cultura.
El rapto de la doncella
La comunidad indígena de los Shimpiyacu tiene una historia relativa a este ser del agua. En ella narran cómo una pareja dio a luz a bella niña que más adelante se convirtió en una guapa mujer quien era la adoración entre la gente de los Shimpiyacu.
Como era de esperarse, la jovencita recibía constantes propuestas de matrimonio, pero ella no veía en ninguno de los posibles candidatos alguien digno de su corazón. Fue así que una noche de luna llena se sentó a la orilla del río a hablar al viento de su desconsuelo, cuando fue sorprendida en su diatriba por un joven, quien se sentó a su lado y con el que conversó durante muchas horas.
Todas las noches, la chica salía a encontrarse con aquel muchacho del cual había quedado prendada. La abuelita de la jovencita sospechó de la identidad del pretendiente de su nieta y le pidió a esta que lo llevara a la casa para que lo conociera el resto de la familia. Los padres de la joven estaban muy contentos con el galán, pero la abuela seguía sospechando de él y una noche después de seguirlos se dio cuenta de su verdadera identidad: era el Yacuruna.
La joven y la criatura se sumergieron en el río. La abuela no alcanzó a llegar a tiempo y desconsolada marchó hacía su casa, en donde contó lo que había sucedido. La familia les pidió ayuda a los guerreros más fuertes de la zona, para por hallar a la doncella perdida, pero todo el esfuerzo fue en vano.
Pasó el tiempo y aunque se dice que las heridas sanan con los años lo cierto es que la desaparición de alguien siempre sigue ahí, lista para hacer mella en la vida de las personas. Eso era precisamente lo que le estaba pasando a la desconsolada madre de la chica, que jamás dejó de buscar a su hija. Una noche, después de haberse quedado profundamente dormida y haber desahogado sus penas, soñó con su pequeña.
En el sueño, la chica le contó que era muy feliz, que tenía una granja llena de animales y que su esposo la trataba muy bien, ella le prometió a su madre que le dejaría regalos y que por favor dejara de llorar.
A la noche siguiente la mamá encontró los regalos de su hija, pero lo que no sabía es que su esposo y otros miembros de la tribu la habían seguido. Ellos supieron que detrás de los presentes se encontraba la presencia del Yacuruna y que lo mejor era alejar a la mujer. La señora volvió a su desespero, podía estar con su hija, pero su esposo la alejaba de ella: al oír su llanto la abuela la liberó de su cautiverio y la mujer corrió hacia el río donde se pudo reunir con su hija.
Dicen que algunas noches se puede ver a dos mujeres nadando en el río y cerca de ellas, protegiéndolas, se encuentra el Yacuruna.
Fuentes:
- https://hablemosdemitologias.com/c-mitologia-amazonica/yacuruna/
Imágenes: 1: el-bestiario.fandom.com, 2: historiasperdidaseneltiempo.com, 3: hablemosdemitologias.com
Un personaje importante en la mitología amazónica
Yacuruna es un dios del agua propio de la cultura del Amazonía, quien no solo tiene poder sobre los animales acuáticos sino que también tiene la capacidad de gobernar a otros entres como genios del agua, sirenas o demás espíritus.
Debido a su condición de deidad, suelen asociarlo con chamanes y solo los más poderosos tenían la habilidad de invocarlo para pedirle su ayuda, ya sea para algo bueno o malo. El dios también tiene la habilidad de transformarse en un ser humano, por lo general adquiere la forma de un hombre muy atractivo que va en busca de doncellas a quienes atrae al río para convertirlas en un Yacuruna y que así formen parte de su poderosa raza.
Como el territorio del Amazonas se encuentra distribuido por varios países, su historia como en todo buen mito puede variar: en Colombia dicen que este ser puede girar la cabeza 180 grados y usarla para mirar completamente hacia atrás. Así mismo, se cuenta que aparte de las mujeres también le gusta engañar a los niños para llevarlos a su reino acuático y que cuando duerme lo hace solo de día, sin cerrar jamás los ojos.
Por su lado, en Perú cuentan que el Yacuruna se desplaza por el río usando un enorme cocodrilo negro y para demostrar su poderío lleva una serpiente amarrada en el cuello, como si fuera un collar. Sus armas son las culebras, que porta como si fueran cinturones, y en sus pies lleva los cascos de tortugas de Taricayas.
Su nombre es de origen Quechua, cuya raíz “Yaku” significa río y “Runa” que representa la palabra hombre, siendo entonces su nombre hombre del río.
El Yacuruna en la literatura
Miuler Vásquez González es un escritor peruano autor del libro Yakuruna. Como podrán suponer el libro se ubica en plena selva del Amazonas contando en cada uno de sus pasajes con ricas descripciones del lugar y el uso de expresiones propias del territorio peruano. La obra goza de nutrirse con los distintos mitos y supersticiones de la región, y hay que agregar que cuenta con apariciones de los magníficos animales de la selva.
El autor busca dar a conocer al hombre del agua haciendo un retrato de todas las habilidades que posee la deidad y de su capacidad para poder estrechar lazos con los seres humanos. Vásquez busca que su libro dé a conocer las riquezas de los ríos, difundir las tradiciones y folclor y también colaborar con el fortalecimiento de la identidad de una cultura.
El rapto de la doncella
La comunidad indígena de los Shimpiyacu tiene una historia relativa a este ser del agua. En ella narran cómo una pareja dio a luz a bella niña que más adelante se convirtió en una guapa mujer quien era la adoración entre la gente de los Shimpiyacu.
Como era de esperarse, la jovencita recibía constantes propuestas de matrimonio, pero ella no veía en ninguno de los posibles candidatos alguien digno de su corazón. Fue así que una noche de luna llena se sentó a la orilla del río a hablar al viento de su desconsuelo, cuando fue sorprendida en su diatriba por un joven, quien se sentó a su lado y con el que conversó durante muchas horas.
Todas las noches, la chica salía a encontrarse con aquel muchacho del cual había quedado prendada. La abuelita de la jovencita sospechó de la identidad del pretendiente de su nieta y le pidió a esta que lo llevara a la casa para que lo conociera el resto de la familia. Los padres de la joven estaban muy contentos con el galán, pero la abuela seguía sospechando de él y una noche después de seguirlos se dio cuenta de su verdadera identidad: era el Yacuruna.
La joven y la criatura se sumergieron en el río. La abuela no alcanzó a llegar a tiempo y desconsolada marchó hacía su casa, en donde contó lo que había sucedido. La familia les pidió ayuda a los guerreros más fuertes de la zona, para por hallar a la doncella perdida, pero todo el esfuerzo fue en vano.
Pasó el tiempo y aunque se dice que las heridas sanan con los años lo cierto es que la desaparición de alguien siempre sigue ahí, lista para hacer mella en la vida de las personas. Eso era precisamente lo que le estaba pasando a la desconsolada madre de la chica, que jamás dejó de buscar a su hija. Una noche, después de haberse quedado profundamente dormida y haber desahogado sus penas, soñó con su pequeña.
En el sueño, la chica le contó que era muy feliz, que tenía una granja llena de animales y que su esposo la trataba muy bien, ella le prometió a su madre que le dejaría regalos y que por favor dejara de llorar.
A la noche siguiente la mamá encontró los regalos de su hija, pero lo que no sabía es que su esposo y otros miembros de la tribu la habían seguido. Ellos supieron que detrás de los presentes se encontraba la presencia del Yacuruna y que lo mejor era alejar a la mujer. La señora volvió a su desespero, podía estar con su hija, pero su esposo la alejaba de ella: al oír su llanto la abuela la liberó de su cautiverio y la mujer corrió hacia el río donde se pudo reunir con su hija.
Dicen que algunas noches se puede ver a dos mujeres nadando en el río y cerca de ellas, protegiéndolas, se encuentra el Yacuruna.
Fuentes:
- https://hablemosdemitologias.com/c-mitologia-amazonica/yacuruna/
Imágenes: 1: el-bestiario.fandom.com, 2: historiasperdidaseneltiempo.com, 3: hablemosdemitologias.com
Un personaje importante en la mitología amazónica
Yacuruna es un dios del agua propio de la cultura del Amazonía, quien no solo tiene poder sobre los animales acuáticos sino que también tiene la capacidad de gobernar a otros entres como genios del agua, sirenas o demás espíritus.
Debido a su condición de deidad, suelen asociarlo con chamanes y solo los más poderosos tenían la habilidad de invocarlo para pedirle su ayuda, ya sea para algo bueno o malo. El dios también tiene la habilidad de transformarse en un ser humano, por lo general adquiere la forma de un hombre muy atractivo que va en busca de doncellas a quienes atrae al río para convertirlas en un Yacuruna y que así formen parte de su poderosa raza.
Como el territorio del Amazonas se encuentra distribuido por varios países, su historia como en todo buen mito puede variar: en Colombia dicen que este ser puede girar la cabeza 180 grados y usarla para mirar completamente hacia atrás. Así mismo, se cuenta que aparte de las mujeres también le gusta engañar a los niños para llevarlos a su reino acuático y que cuando duerme lo hace solo de día, sin cerrar jamás los ojos.
Por su lado, en Perú cuentan que el Yacuruna se desplaza por el río usando un enorme cocodrilo negro y para demostrar su poderío lleva una serpiente amarrada en el cuello, como si fuera un collar. Sus armas son las culebras, que porta como si fueran cinturones, y en sus pies lleva los cascos de tortugas de Taricayas.
Su nombre es de origen Quechua, cuya raíz “Yaku” significa río y “Runa” que representa la palabra hombre, siendo entonces su nombre hombre del río.
El Yacuruna en la literatura
Miuler Vásquez González es un escritor peruano autor del libro Yakuruna. Como podrán suponer el libro se ubica en plena selva del Amazonas contando en cada uno de sus pasajes con ricas descripciones del lugar y el uso de expresiones propias del territorio peruano. La obra goza de nutrirse con los distintos mitos y supersticiones de la región, y hay que agregar que cuenta con apariciones de los magníficos animales de la selva.
El autor busca dar a conocer al hombre del agua haciendo un retrato de todas las habilidades que posee la deidad y de su capacidad para poder estrechar lazos con los seres humanos. Vásquez busca que su libro dé a conocer las riquezas de los ríos, difundir las tradiciones y folclor y también colaborar con el fortalecimiento de la identidad de una cultura.
El rapto de la doncella
La comunidad indígena de los Shimpiyacu tiene una historia relativa a este ser del agua. En ella narran cómo una pareja dio a luz a bella niña que más adelante se convirtió en una guapa mujer quien era la adoración entre la gente de los Shimpiyacu.
Como era de esperarse, la jovencita recibía constantes propuestas de matrimonio, pero ella no veía en ninguno de los posibles candidatos alguien digno de su corazón. Fue así que una noche de luna llena se sentó a la orilla del río a hablar al viento de su desconsuelo, cuando fue sorprendida en su diatriba por un joven, quien se sentó a su lado y con el que conversó durante muchas horas.
Todas las noches, la chica salía a encontrarse con aquel muchacho del cual había quedado prendada. La abuelita de la jovencita sospechó de la identidad del pretendiente de su nieta y le pidió a esta que lo llevara a la casa para que lo conociera el resto de la familia. Los padres de la joven estaban muy contentos con el galán, pero la abuela seguía sospechando de él y una noche después de seguirlos se dio cuenta de su verdadera identidad: era el Yacuruna.
La joven y la criatura se sumergieron en el río. La abuela no alcanzó a llegar a tiempo y desconsolada marchó hacía su casa, en donde contó lo que había sucedido. La familia les pidió ayuda a los guerreros más fuertes de la zona, para por hallar a la doncella perdida, pero todo el esfuerzo fue en vano.
Pasó el tiempo y aunque se dice que las heridas sanan con los años lo cierto es que la desaparición de alguien siempre sigue ahí, lista para hacer mella en la vida de las personas. Eso era precisamente lo que le estaba pasando a la desconsolada madre de la chica, que jamás dejó de buscar a su hija. Una noche, después de haberse quedado profundamente dormida y haber desahogado sus penas, soñó con su pequeña.
En el sueño, la chica le contó que era muy feliz, que tenía una granja llena de animales y que su esposo la trataba muy bien, ella le prometió a su madre que le dejaría regalos y que por favor dejara de llorar.
A la noche siguiente la mamá encontró los regalos de su hija, pero lo que no sabía es que su esposo y otros miembros de la tribu la habían seguido. Ellos supieron que detrás de los presentes se encontraba la presencia del Yacuruna y que lo mejor era alejar a la mujer. La señora volvió a su desespero, podía estar con su hija, pero su esposo la alejaba de ella: al oír su llanto la abuela la liberó de su cautiverio y la mujer corrió hacia el río donde se pudo reunir con su hija.
Dicen que algunas noches se puede ver a dos mujeres nadando en el río y cerca de ellas, protegiéndolas, se encuentra el Yacuruna.
Fuentes:
- https://hablemosdemitologias.com/c-mitologia-amazonica/yacuruna/
Imágenes: 1: el-bestiario.fandom.com, 2: historiasperdidaseneltiempo.com, 3: hablemosdemitologias.com