Ballenas en el Támesis
Hace pocos días hablamos en este portal de la tragedia que sucedió cuando una ballena piloto llegó al río Támesis, al parecer por error, en el año 2006. Debido a que esta especie está acostumbrada a ambientes de muy altas profundidades, la ballena parece haber tenido problemas navegando en el poco profundo Támesis (con a lo sumo 5 metros de profundidad) y haber sufrido considerables heridas contra el suelo rocoso del río.
De la mano con el hambre y la confusión, esto llevó a la ballena a debilitarse, y murió en manos del equipo de rescate cuando se preparaban para llevarla al océano.
El incidente dejó un sabor amargo en la boca de muchos londinenses, que habían originalmente celebrado la aparición del animalito, y lamentaron su muerte. Y con este antecedente, no es de sorprender que la llegada de una beluga al río en septiembre del año pasado haya sido recibida con gran preocupación.
Benny
El animal, que fue avistado por primera vez el 25 de septiembre, parecía estar saludable. Sin embargo, las alertas se encendieron entre las autoridades ambientales de la ciudad y de inmediato comenzó a revisarse si la beluga estaba enferma o herida. “Benny”, como fue bautizado por los habitantes de la ciudad, parecía estar contento nadando en la zona de Kent, en la periferia londinense hacia el occidente.
Sin embargo, al contrario que las ballenas piloto, las belugas están acostumbradas a entornos costeros y de vez en cuando remontan los ríos de las zonas que visitan (principalmente como mecanismo de salud, para matar los parásitos que puedan tener adheridos a la piel). A medida que pasaban los días y la ballena volvía a aparecer, los ánimos se calmaban un poco y la población se alegraba de la salud del animalito.
Benny apareció esporádicamente en el río por más de tres meses, y llevó a que miles de londinenses viajaran a la zona simplemente con la esperanza de verlo. Las autoridades ambientales que analizaban su comportamiento pronto notaron que no parecía estar perdida o herida, sino que simplemente había llegado al río siguiendo los peces, y estaba feliz alimentándose con la abundancia de especies que ahora hay allí. Es posible que en el pasado visitas como esta no fueran tan raras, y únicamente terminaran por la contaminación que asoló el río a partir del siglo XVIII.
En cualquier caso, por más que haya alimentos abundantes, la soledad no es el estado natural de una beluga, y por esto las autoridades respiraron con calma cuando abandonó finalmente el río, posiblemente entre diciembre de 2018 y enero de 2019. La causa más probable de su partida fue la migración de los peces, que suelen salir del Támesis y su estuario en invierno en busca de lugares más propicios. Sin peces, Benny simplemente no tenía ninguna razón para quedarse.
En total, fueron más de tres meses los que Benny pasó en medio de Londres. Su paso por la ciudad nos recuerda que muchas veces la restauración de nuestros ríos, bosques, lagos y océanos está en nuestras manos, y que si seguimos el proceso podremos ver cosas maravillosas.
Como en este caso: una beluga en Londres.
Fuentes:
- https://www.telegraph.co.uk/news/2019/05/13/beluga-whale-has-finally-left-thames-say-experts/
- https://www.bbc.com/news/uk-england-kent-46255755
Imágenes: 1: bbc.com, 2: thesun.co.uk