Juan Álvarez Hurtado (Atoyac, Guerrero, México, 27 de enero de 1790 – La Providencia, Guerrero, México, 21 de agosto de 1867). Militar y Político mexicano, destacado por su importante apoyo y participación en los conflictos armados que se presentaron en México, en el período comprendido entre el momento después de su Independencia y la Segunda Intervención Francesa, que colocó punto final al imperio de Maximiliano.
Así mismo, Juan Álvarez tuvo una prominente carrera política, siempre al servicio de consolidar la autonomía y unidad de su patria. Al respecto, entre muchos de los cargos y responsabilidades que asumió se encuentra el de las mismísima Presidencia de la República, la cual obtuvo en el año 1855, luego de liderar el derrocamiento de Antonio López de Santa Ana, quien era tenido como un cruento dictador.
Primeros años
De acuerdo a lo que han apuntado sus biógrafos, Juan Álvarez Hurtado habría nacido el 27 de enero de 1790, en el poblado de Santa María de la Concepción de Atoyac, conocido en la actualidad como Atoyac de Álvarez, en el estado de Guerrero, México. Así mismo, los historiadores apuntan a que Juan Álvarez Hurtado era hijo de Antonio Álvarez y su esposa Rafael Hurtado. Sin embargo, la familia decidió que la educación primaria de este futuro militar mexicano transcurriera en la capital del país. Cuando, Juan Álvarez hubo cumplido los diecisiete años abandonó Ciudad de México para dirigirse a su Atoyac natal, a fin de asumir el manejo de su herencia. Sin embargo, pese a la voluntad de sus padres, su tutor lo despojó de sus bienes, colocándolo en el papel de obrero en sus propias tierras y dilapidando rápidamente su fortuna, truncando en aquel momento lo que pudo ser una vida de comodidades para este joven.
Unión a la causa independentistas
Así se encontraba Juan Álvarez Hurtado cuando en 1810, José María Morelos y Pavón pasó por Atoyac con la algarabía independentista. Álvarez Hurtado decidió sumarse a esta lucha, contaba apenas con veinte años de edad. Desde el principio se destacó como un valiente combatiente, así como por la osadía de sus acciones durante los enfrentamientos armados, incluso cuando fue herido, como sucedió en la batalla de La Sabana. Igualmente destacan en esta época su actuación en las batallas de El Aguatillo, la de Tixtla y la de El Veladero, en donde combatió bajo el mando de Morelos.
Después de Morelos
Sin embargo, la lucha independentista sufrió un cambio abrupto a raíz de la aprensión y fusilamiento de Morelos, lo cual implicó un reagrupamiento de las filas independentistas. En el caso particular de Juan Álvarez Hurtado, éste pasó a pelear bajo las órdenes de Vicente Guerrero, acompañándolo a enfrentarse contra las tropas realistas, que atacaban desde las montañas ubicadas al sur de la intendencia mexicana. Así mismo, para esa época –según reseñan los historiadores- Álvarez Hurtado había conseguido tomar el control de sus propiedades y lo que quedaba de sus recursos financieros, los cuales no dudó en poner al servicio de la causa independentista, dotándola de caballos, armas, hombres y dinero. Tal vez por esto, en venganza, el gobierno mexicano decidió expropiarlo de sus bienes, a fin de darle un escarmiento, así como dejar sin oxígeno a las filas independentistas.
Período post independentista
Para el fin de la Guerra de la Independencia de México, en donde resultarían victoriosa la causa emancipadora, Juan Álvarez Hurtado contaba con el prestigio de haberse convertido en el jefe de mayor prestigio de la Costa del Sur, papel que desempeñó bajo las órdenes de Vicente Guerrero, situación que le valió que una vez terminado el conflicto histórico, éste lo recomendara a Iturbe, el actual Emperador, para que Álvarez Hurtado asumiera el papel de Comandante militar de Acapulco, cargo que ejerció casi por tres años, entre 1821 y 1823. No obstante, transcurrido este tiempo, Álvarez Hurtado se deslindó de las actuaciones del Emperador Iturbe, uniéndose a la lucha mexicana que perseguía el derrocamiento de este gobernante. Así mismo, este prócer mexicano se unió a favor de su antiguo comandante, Vicente Guerrero, a quien apoyó para que asumiera la presidencia, hecho que fue sin embargo truncado por el asesinato de Guerrero en manos imperiales.
Guerras contra las invasiones extranjeras
Cónsono con su sentido patriótico, Álvarez Hurtado también participó activamente en la defensa del territorio mexicano ante las distintas invasiones que se presentaron por parte de las potencias extranjeras. De esta forma, en primer lugar luchó contra la intervención que impulsó Francia a fin de apoderarse del territorio mexicano, quien se defendió por medio de sus tropas, resultando vencedor en la Guerra de los Pasteles. Posteriormente, Álvarez Hurtado también fue parte del ejército mexicano que se opondría al intento de invasión, por parte de los Estados Unidos, el cual desataría la guerra del año 1847.
Álvarez Hurtado, caudillo mexicano
Apaciguadas las épocas de combates armados, Álvarez Hurtado dio sus primeros pasos en la política, convirtiéndose en las primeras etapas de esta nueva fase como un caudillo mexicano, siendo una de sus primeras y más memorables acciones, la creación en 1849 del propio estado de Guerrero, del cual por su puesto fue el primer Gobernador que tuvo dicha entidad estatal, cargo que no obstante consistió en una imposición, sino que la asunción de dicho cargo fue producto de las primeras elecciones realizadas en este Estado.
Plan de Ayutla
Así mismo, Juan Álvarez Hurtado participó junto a Florencio Villarreal e Ignacio Comonfort en la proclamación del Plan de Ayutla, el cual fue establecido en 1854, en el Estado de Guerrero, como resultado del análisis sobre la situación de México, territorio que para ese momento se encontraba bajo asedio norteamericano. En este sentido, el Plan de Ayutla se manifestó en un documento en el cual se exponían algunos de los principales objetivo que debían conseguirse a fin de salvaguardar la Independencia mexicana, y que además asumía a cualquier detractor o indiferente como un obstáculo en esta causa. Igualmente, este plan sufrió algunas modificaciones, durante el mes de marzo, en la población de Acapulco.
Elecciones de Santa Ana
Dentro de los principales objetivos de Plan de Ayutla buscaban derrocar a Antonio López, quien ejercía la presidencia de Santa Ana. A fin de evitar que los independentistas lograran su cometido, el gobierno de Santa Ana designó al comandante Tomás Moreno, el cual sorprendió uniéndose al mismísimo Álvarez Hurtado y sus tropas, conformadas por cerca de cinco mil hombres, quienes marcharon sobre este territorio. A fin de evitar la crisis política, Santa Ana decidió convocar a un plebiscito en el cual resultó vencedor el propio Álvarez Hurtado, sin embargo no pudo asumir dicho cargo debido a que las fuerzas contrarias decidieron sublevarse, impidiéndole a Álvarez Hurtado la asunción a éste.
Presidencia de México
En 1855, luego de la Revolución de Ayutla, Álvarez fue elegido, por mayoría de votos, como el nuevo presidente de México, cargo que asumió vigorosamente desde el principio. De inmediato conformó un gabinete ministerial que es considerado por algunos historiadores como la reunión de los hombres más destacados de la generación mexicana de esa época. Así mismo, impulsó profundas reformas, entre la que destacan la Ley de Juárez, así como el fin de las leyes que dictaban el fuero militar y eclesiástico. No obstante, al poco tiempo en la presidencia, y quizás por no encontrarse cómodo en su estadía en la Ciudad de México, Álvarez Hurtado renunció a su brillante actuación como presidente, y marchar rumbo a su natal Guerrero.
Últimos años
Durante sus últimos años de vida, Álvarez Hurtado participó en la defensa del territorio mexicano, durante la segunda invasión de los franceses, conflicto durante el cual asumió la comandancia de la División del Sur. Luego del triunfo de las fuerzas independentistas, continuó en su apoyo a las armas nacionales que se levantaron contra el Emperador Maximiliano. No obstante, el 21 de agosto de 1867, falleció mientras se encontraba en su hacienda en La Providencia. Sus restos fueron trasladados más de cincuenta años después a la Ciudad de México, en donde reposan en la Rotonda de las Personas Ilustres.
Imagen: wikipedia.org