De acuerdo a los movimientos ambientalistas, el equilibrio de nuestro planeta está cambiando a pasos agigantados, como consecuencia directa del calentamiento global, que está trayendo consigo el deshielo de los polos, el aumento del nivel de los océanos, el calentamiento de las aguas, la migración y desaparición de especies completas, cambiando drásticamente el paisaje y la vida.
Junto a esto viene de la mano un fenómeno sumamente particular, y es que el deshielo de los grandes glaciares no deja agua sólo a su paso, sino que comienza a liberar lo que durante años estuvo preso dentro de su hielo. En este sentido, en estos últimos años, los investigadores han podido encontrar en la superficie de los grandes glaciares restos de accidentes aéreos, joyas, rastros de civilizaciones antiguas y hasta los cuerpos de montañistas perdidos hace más de treinta años.
Tal como lo explica un reportaje especial hecho por la BBC de Londres, cuando un objeto o cuerpo queda tendido sobre la superficie del glaciar, puede quedar atrapado dentro de la estructura de éste. De acuerdo a como explica para este medio británico, Martín Grosjean, especialista en glaciares del Instituto suizo Oeschger de la Universidad de Berne, los glaciares tienden a avanzar y retroceder de forma natural, al tiempo de que constituyen un terreno bastante complejo.
A la luz de sus anotaciones, básicamente se presentan situaciones distintas en la parte alta y en la parte baja del glaciar. Así mientras en la parte superior del glaciar se recibe nieve, en la parte de abajo el calor derrite el hielo, y el glaciar se desliza hacia abajo, cayendo todo en una especie de grieta. Es ahí cuando lo atrapado por cientos de años puede aparecer en la parte más baja de la estructura natural de hielo.
Grosjean comentó también a la BBC que el tiempo en que un objeto atrapado por un glaciar puede quedar liberado oscila entre veinte y cien años, pero que en los últimos lustros esa velocidad se ha incrementado debido al calentamiento global, ya que los glaciares están retrocediendo de forma más acelerada. Por ejemplo, durante 2013, el piloto de rescate Gerold Biner pudo divisar en el hielo de los Alpes el cuerpo de Jonathan Conville, montañista británico, quien desapareció en 1979, y que regresó a la superficie luego de que el hielo, que lo atrapaba y arrastrara por treinta y cuatro años hacia el centro del glaciar, se derritiera.
Igualmente, de acuerdo al trabajo de la BBC, en el 2014 fueron varios los inesperados hallazgos sobre la superficie de los glaciares. Por ejemplo, durante el mes de septiembre (época del año señalada por los científicos como el momento en que más delgada se encuentra la capa de hielo, debido a la culminación del verano) también aparecieron sobre la superficie del glaciar los cuerpos de Masayuki Kobaysahi y Michio Oikawa, montañistas japoneses, quienes desaparecieron en 1070, y que durante cuarenta y cuatro años permanecieron deslizándose hacia el centro del glaciar hasta que finalmente la capa de hielo que los retenía se derritió.
No obstante los hallazgos sobre las superficies de los glaciares no se limitan solamente a los cuerpos de montañistas desaparecidos hace décadas. Durante 2014, en los Alpes suizos, los investigadores pudieron encontrar los restos de un avión estadounidense perdido durante uno de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Igualmente, ese mismo año, se encontraron lo restos de un avión comercial de la línea Air India que se había estrellado en 1966 en una de las caras del cerro Mont Blanc con un cargamento de joyas y piedras preciosas, el cual se encontraba intacto.
En este sentido, el retroceso de los glaciares es tan dramático que no sólo están saliendo a la superficie elementos que llevaban atrapados en el hielo décadas, sino que también se están comenzando a encontrar objetos que datan de siglos. Son tan avasallantes los hallazgos que incluso, tal como mencionan algunos especialistas en el trabajo de la BBC, la situación ha originado una nueva ciencia: la arqueología glaciar, la cual se encargaría ahora de clasificar, estudiar y documentar los elementos encontrados a medida de que los gigantes de hielo retroceden.
Por ejemplo, durante las investigaciones han podido encontrarse, en el sur de Berne, restos de ropa y utensilios que datan de más de cinco mil años de antigüedad, y que dan cuenta de una civilización alpina perteneciente a la Edad de Bronce, ilustrando a los arqueólogos sobre el nivel de avance que tenían estos habitantes antiguos de los Alpes. Así mismo se han encontrado clavos antiguos pertenecientes a zapatos romanos, descubrimiento que se une al hecho en 1991, cuando en la frontera entre Italia y Austria los científicos hallaron a Oetzi, un hombre momificado de tres mil años de edad.
De esta manera el planeta sigue aumentando su temperatura, provocando el deshielo del planeta, lo cual va revelando poco a poco que aquellos misterios que durante siglos han permanecido en secreto atrapados por su cárcel de hielo aparezcan ante nuestros ojos, para sorprendernos y también alertarnos sobre los pasos que estamos dando como civilización.
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