Mientras que muchos de nosotros no desearíamos jamás encontrarnos en el camino con una serpiente, y menos si esa serpiente es una anaconda, Paul Rosolie, un explorador, naturista y presentador de series de animales de origen neoyorkino, en diciembre del año 2014, para un documental de Discovery Channel, se vistó con un traje especial previamente bañado con sangre de cerdo con el único propósito de ser engullido vivo por la anaconda.
Personal experto hizo los preparativos respectivos para que Rosolie fuera tragado en vida para que posteriormente transmitiera las impresiones de lo que sentía ser tragado vivo y luego estar al interior de la víbora.
Sin embargo, no todo salió bien, pues el hombre comenzó a quejarse de presión en su brazo y pidió que al equipo que lo sacara de ahí. ¡Que venga alguien! ¡Ayúdenme! Gritaba Rosolie, tras lo cual el personal médico y los científicos presentes acudieron en su ayuda.
Tras el experimento nadie salió herido, pero sí hubo protesta de varios sectores de protección de animales. Pero no sólo proestaron los defensores de animales sino los televidentes. Pero lo más paradójico es que protestaron no porque el canal hubiera expuesto al hombre a semejante peligro, sino que lo hicieron porque se sintieron decepcionados al ver que la anaconda no se había tragado al hombre, tal como había sido promocionado en cortes previos a la emisión del programa.
Y tú ¿esatarías dispuesto a someterte a una situación así, contando, por supuesto, con el debido equipamiento de seguridad?