Un hombre que se enfrentó a todos
“Pancho Villa” es como usualmente se le conoce a Doroteo Arango. La fama que hizo a su apodo trascendió las fronteras internacionales, logrando que este hombre moreno, bigotudo, con un sombrero de grandes alas y dos correas de balas entrecruzadas en su pecho, se convirtiera en un símbolo representativo para los mexicanos.
Se construyó su imagen como un justiciero. Un valiente forajido que impidió la violación de su hermana por parte de un terrateniente y que después, se enroló en las filas revolucionarias como un sanguinario líder que no dudó sentarse en la silla presidencial cuando tumbó a Huerta junto con Zapata.
Pancho Villa tiene una historia llena de calamidades y de fiereza. El capo mexicano no dudó enfrentar jamás a sus enemigos más acérrimos y poderosos. Por ello será el único hombre capaz de invadir una ciudad de EEUU con la bandada de sus hombres, aterrorizando a su paso al país del norte.
Un bandolero al servicio del pueblo
Se le conoce a Pancho Villa por enfrentar a los grandes terratenientes algodoneros y azucareros del norte de México. En una época donde el Porfiriato, un sistema de gobierno atrasado y absolutista que buscaba permanecer mil años beneficiando a los más ricos, se renueva gracias a la voz de Francisco Madero, renaciendo con ello, las nuevas llamas de la famosa Revolución Mexicana.
En poco tiempo de que Madero apoyó la renovación del gobierno de Porfirio Díaz, muchos hombres por toda la República mexicana se levantaron en armas y no dudaron enfrentar al ejército oficial. En el norte del país, un bandolero armó cuadrilla para hacerse con el control del territorio, utilizando como método la sangre y el fuego.
La participación de este hombre que estaba al margen de la ley por un asesinato en su juventud, fue decisiva para que la revolución en el norte de México fuera posible. Por ello la imaginación popular lo sacralizó con la fama heroica de un Mio Cid o de un Robin Hood.
La verdad de él es que salteaba caminos para robar las pequeñas caravanas que se insertaban en el profundo desierto durangués. Nunca dudó matar o violar en esta época por conseguir un buen botín. Lo que le salvó la vida y la gloria fue Madero, pues sus ideas renovarían el rumbo de Doroteo. Como el renacer de San Pablo, podríamos decir.
El leal revolucionario
Aunque mencionamos que Pancho Villa era una sanguinaria fiera que entró al servicio de la revolución, no dudamos del honor que cosechó en las filas guerreristas. Su estrategia militar consistió principalmente en las redadas y emboscadas de batallones oficiales o del tren que llevaba los víveres del ejército enemigo.
Esa valentía sólo sería honor al momento en que observe a Madero, un pequeño hombre con una voz tan profunda que conquistó el corazón de Villa, haciéndolo jurar lealtad entera.
Incluso en 1914 cuando toma Chihuahua y va a fusilar al gobernador Manuel Chao, Madero lo detiene haciendo que la autoridad del Comandante de la aguerrida División del Norte, escuche y obedezca. También observaremos su lealtad hacia Pascual Orozco después de que este lo encara en Chihuahua, logrando ser dominado con las palabras de los grandes líderes.
Villa y sus grandes victorias
Su enorme ejército compuesto principalmente por mujeres, infantes y campesinos armados, enfrentaran con fiereza a los soldados de Huerta e inicialmente a los de Porfirio Díaz. La toma de Tierra Blanca, Torreón y Zacatecas serán las batallas decisivas por las que Villa ha pasado a ser un héroe.
No por esto Villa dejó de seguir sus propios pasos. Su ejército enfrentaba grupos de soldados caducos con generales de oficina o demasiado viejos para luchar o liderar los hombres. Villa por el contrario jamás dudaba en ir en primera línea y llenarse de sangre y lodo.
“El terror de los gringos”
Luego del desembarco de los norteamericanos estadounidenses en tierra veracruzana en 1918, los mexicanos sentirán que violaron su soberanía. Esto a Villa no lo molestaba tanto, pues veía hasta ahora como amigos a los del país del norte. Sólo que los estadounidenses apoyaron al gobierno huertista y eso encolerizó a nuestro revolucionario.
La masacre en el pueblo de Columbus no se hizo esperar. Claramente nadie pensaba que hombre alguno osara entrar a EEUU a cometer una masacre, pues el general Scott buscaba ayudar a Villa a que fuera el nuevo presidente, pero EEUU ayudó fue a Carranza.
Cruzando la frontera sigilosamente, quema y destruye Columbus y los estadounidenses responden con la famosa “Expedición punitiva”, en la cual un ejército de estadounidenses entra a territorio mexicano para matar a los bandoleros de Columbus, pero no lograron encontrar nada.
Los aviones de EEUU buscaron atacar a Villa pero el desconocimiento del territorio fue enorme y fallaron con su paradero. Vale advertir que en ningún momento Villa se escondió. Solamente nunca se encuentran ambos frentes.
La leyenda de Pancho Villa
Es cierto que conocemos varios detalles de la vida privada de Villa. Efectivamente le gustaban mucho las mujeres y el helado de fresa. Casi no tomaba alcohol y era un excelente vaquero. Su puntería era certera y fue un hombre leal a los principios de la revolución.
Es por eso que quitaba las grandes propiedades agrarias a los terratenientes y se las devolvía al pueblo. Pancho Villa será siempre reconocido por los mexicanos por su valor, aunque haya hecho grandes atrocidades humanas en ambos países.
Terminamos este artículo con una frase de Villa: “Vinieron como águilas y se devolvieron como gallinas mojadas”.
Imágenes: 1: wikipedia.org, 2 y 3: culturacolectiva.com