Un negocio ilegal
La ilegalidad trae traiciones, trae asesinatos y la historia oculta. El contrabando de droga existe gracias a todos los círculos del crimen que se le unen, pues el negocio se vuelve más rentable porque nadie se atreve hacer cosas que ponga en peligro su vida o la vida de los seres amados.
Sólo unos van por encima de la ley, Pablo Escobar es el caso ejemplar, pues él no le tuvo miedo a nada, desarrolló un negocio de exportación de droga a Estados Unidos, también fue senador de la República y en una época sembró el terror en las calles de Colombia con autos que explotaban en centros comerciales o asesinos a sueldo que mataron miles de políticos de izquierda.
La hacienda Nápoles que habíamos descrito en sus orígenes en el artículo anterior, se fue convirtiendo en el centro de las fiestas y reuniones del hampa de la sociedad. Los grandes narcotraficantes de Colombia se reunían acá y hacían fiestas privadas muy grandes, con drogas, mujeres y mucho alcohol donde hablaban de repartirse equitativamente todo el negocio de las drogas.
Llegaban personalidades como Rodríguez Gacha “alias el mexicano”, los Castaño, Carlos Lehder García y otros pertenecientes al cartel de Medellín. Para la seguridad en la casa guardaban arsenales enteros de fusiles, ametralladoras e incluso en la piscina principal, Escobar tenía un arma antiaérea.
Una hacienda con negocios clandestinos
Se presume por parte de los hombres que pertenecieron a Escobar, las maneras en que eran asesinadas las personas en la hacienda Nápoles. Una vez un mesero se robó un cubierto de plata y lo amarraron para ahogarlo en la piscina. Otro día en una fiesta, Lehder le pegó un tiro en la cabeza al escolta de Escobar porque este tipo estaba con una mujer que le gustó al “loco”, apodo con el que era conocido Lehder, el narcotraficante aficionado a la música de Elvis (Incluso le mandó construir una estatua al cantante).
Muchas de estas cosas sucedían, pero para que el negocio de las drogas continuara, Escobar también se hizo cargo de los soplones y de sus enemigos, los narcotraficantes del cartel de Cali. En la propiedad habían cuartos para torturar y muchos de sus hombres estaban encargados de este trabajo.
Los militares eran asesinados por los hombres de Escobar y aún así perdía muchos hombres en las escaramuzas, por lo que hizo necesario que trajeran a un hombre llamado Yair, un mercenario israelí que enseñó a los hombres de Escobar muchas maneras de cometer asesinatos, con el tiempo este hombre habrá sido el tutor de los asesinos que formaron los grupos paramilitares en todo el Magdalena Medio, los paramilitares eran hombres organizados al margen de la ley, cuyo principal propósito era acabar a los guerrilleros de las FARC (Fuerzas armadas revolucionarias de Colombia.). Hay que agregar que con estos asesinos entrenados, los crímenes en Colombia aumentaron como nunca.
La época del terror
Yair enseñó a los hombres de Escobar desde tumbar una puerta hasta explotar un edificio con dinamita cacera, les enseñó manejar armas antitanques y bazucas para estallar automóviles. Además de diferentes maneras de tortura y asesinatos de lesa humanidad.
En la hacienda había espacios donde entrenaban estos hombres. Ellos tenían la posibilidad de disparar toneladas de balas y eran encargados de matar políticos y personas que estaban en contra de las drogas.
Además, en la época en que Escobar estaba siendo opacado por sus negocios turbios, empezó a explotar carros en Bogotá, la capital colombiana. Fue en la hacienda Nápoles el primer lugar en que preparó los artefactos para destruir edificios, como lo hizo con el edificio del DAS (Departamento Administrativo de Seguridad), a finales de los años ochenta. Este atentado tuvo un saldo de 70 muertos y más de 600 heridos, se rumoreo que muchos fantasmas del DAS siguieron existiendo por muchos años.
Este no fue el único acto que hizo Escobar contra la sociedad. Las casitas que había dado a todo el mundo y los miles de dólares repartidos se vieron opacados de repente por los asesinatos en calles, las bombas en centros comerciales y en el narcomenudeo en las comunas que terminó de formar una generación de violentos, asesinada por ellos mismos.
A Escobar no le quedó más que escapar. Irse porque lo iban a matar, la gente comenzó a saquear su hacienda, se llevaron muchos de sus animales valiosos como unos loros negros que le habían costado más que los elefantes que tenía. Nadie podía hacerle mantenimiento y por muchos años la casa pasó a ser robada por la misma hampa que el narco había formado.
Muchos de los animales del zoológico murieron, los automóviles clásicos desaparecieron bajo el hollín de los años y todo el imperio del asesino se derrumbó. Escobar también fue agarrado al final y dado de baja encima de un tejado cuando pretendía escapar.
La hacienda Nápoles en la actualidad
Estas tierras las terminó heredando el Estado Colombiano y las volvió un zoológico y un parque de atracciones para ir con la familia y los amigos. Actualmente es muy visitado y concurrido, la mayoría de los visitantes quieren conocer en los resquicios de las paredes la propiedad del que fue el más grande Narcotraficante de América.
Hacienda Nápoles, los años Dorados
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