Margherita
El día de hoy tenemos como protagonista a Margherita Lotti, una mujer que nació en Italia en 1381. Desde muy joven mostró preferencia por la vida monástica, pero sus padres la casaron un hombre mayor llamado Paolo Mancini: al lado este hombre, Marghertia (o Rita) conocería un sinfín de sufrimientos en medio de una vida llena de abusos y maltratos, más la oración le dio fuerza para salir adelante. De su matrimonio nacieron dos gemelos: Jacobo y Paolo.
Cuenta la historia que Manccini, quien se encontraba trabajando como serenos de la Aldea de Rocca Porena y había hecho muchos enemigos debido a su terrible carácter, fue emboscado y asesinado. Rita ayudó a que su esposo muriera en paz y luego de aquello, pidió la admisión al monasterio de las agustinas de Santa María Magdalena, en Cascia.
Ella no fue aceptada debido a que sólo permitían vírgenes, pero un año después sus hijos púberes, murieron al mismo tiempo. Rita no vio la muerte de sus hijos como una tragedia, sino como un regalo de Dios, pues temía que ellos buscaran venganza contra la muerte de su padre y mancharan sus manos. Cuando ambos jóvenes agonizaban le pidieron perdón a su madre por no todas las penas que le habían causado y fallecieron.
Sin sus hijos o esposo, Rita recibió el beneplácito del convento e ingresó al lugar contando con 36 años y se entregó a una vida llena de penitencia y oración, como se cuenta en su biografía.
Abejas blancas, espinas en la frente y rosas rojas
Cuenta la tradición relacionada con la Santa que una madrugada del año 1428 Rita recibió de las manos de Cristo una larga astilla de madera que fue clavada en el hueso de la frente, era un estigma (señales o marcas que aparecen de forma espontánea, prueba de fe según algunas religiones): una clara referencia a la corona de espinas que recibió Jesucristo en la cruz.
Las demás hermanas de la comunidad le extrajeron la astilla y la guardaron como reliquia sagrada, pero cada madrugada el estigma volvía aparecer y se mantuvo ahí por el resto de su vida. Otro milagro atribuido a la casta mujer fueron las rosas: ella les contó a varias novicias de comunidad como su marido le prohibía darle de comer a los pobres y un día cuando estaba saliendo de casa a escondidas con una hogaza debajo de su abrigo, su esposo la interceptó y le hizo quitar su vestimenta, pero milagrosamente el pan se había convertido en un ramo de rosas.
Hay una historia más relacionada con las rosas: dicen que estando ya en su vejez y gravemente enferma, Santa Rita pidió a una pariente que se encontraba visitándola que le trajera una rosa que se encontraba en la huerta del jardín en su casa en Roca Porrena. El favor sería algo difícil de cumplir, pues en 1457 caía una intensa nevada y gran parte de la ciudad se encontraba cubierta de blanco; sin embargo, la familiar de Rita aceptó el encargo y cuál no sería su gran sorpresa al encontrar un rosal florecido, lo que se convertiría en un sacramental de las causas imposible y símbolo de la santa, la rosa.
Actualmente, las rosas son bendecidas y distribuidas por las religiosas Agustinas de Casia y en las fechas cercanas al aniversario de Santa Rita su sepulcro, que guarda su cuerpo incorrupto, es adornado con pimpollos de rosas.
Un milagro desde la cuna que llegó al monasterio
La siguiente narración habla sobre el momento en que Rita fue bautizada, pues después de haber recibido el sacramento, cuando fue dejada en su cuna, un grupo de abeja blancas se acercaban a depositarle miel en la boca sin hacerle daño. Una persona que vio lo sucedido intentó dispersar las abejas y cuando lo hizo, su brazo que se encontraba herido sanó inmediatamente.
Inclusive dicen que en el monasterio donde vivió y murió la monja agustina las abejas se encuentran en los muros y comenzaron a llamarlas abejas murarias, aunque gracias a la tradición las denominaron como “abejas de Santa Rita.”
El último día de Santa Rita
Curiosamente, el mismo día que nació sería el día que moriría, pero 73 años después: un 22 de mayo de 1457. Sus restos siguen incorruptos y se conservan en la Basílica de Santa Rita en Cascia, Italia, el cual se ha convertido en un lugar de peregrinación para cientos de personas que empezaron a contar las curaciones milagrosas que se daban gracias a ella.
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Rita_de_Casia
- https://www.devocionario.com/santos/rita_1.html
Imágenes: wikiwand.com
Margherita
El día de hoy tenemos como protagonista a Margherita Lotti, una mujer que nació en Italia en 1381. Desde muy joven mostró preferencia por la vida monástica, pero sus padres la casaron un hombre mayor llamado Paolo Mancini: al lado este hombre, Marghertia (o Rita) conocería un sinfín de sufrimientos en medio de una vida llena de abusos y maltratos, más la oración le dio fuerza para salir adelante. De su matrimonio nacieron dos gemelos: Jacobo y Paolo.
Cuenta la historia que Manccini, quien se encontraba trabajando como serenos de la Aldea de Rocca Porena y había hecho muchos enemigos debido a su terrible carácter, fue emboscado y asesinado. Rita ayudó a que su esposo muriera en paz y luego de aquello, pidió la admisión al monasterio de las agustinas de Santa María Magdalena, en Cascia.
Ella no fue aceptada debido a que sólo permitían vírgenes, pero un año después sus hijos púberes, murieron al mismo tiempo. Rita no vio la muerte de sus hijos como una tragedia, sino como un regalo de Dios, pues temía que ellos buscaran venganza contra la muerte de su padre y mancharan sus manos. Cuando ambos jóvenes agonizaban le pidieron perdón a su madre por no todas las penas que le habían causado y fallecieron.
Sin sus hijos o esposo, Rita recibió el beneplácito del convento e ingresó al lugar contando con 36 años y se entregó a una vida llena de penitencia y oración, como se cuenta en su biografía.
Abejas blancas, espinas en la frente y rosas rojas
Cuenta la tradición relacionada con la Santa que una madrugada del año 1428 Rita recibió de las manos de Cristo una larga astilla de madera que fue clavada en el hueso de la frente, era un estigma (señales o marcas que aparecen de forma espontánea, prueba de fe según algunas religiones): una clara referencia a la corona de espinas que recibió Jesucristo en la cruz.
Las demás hermanas de la comunidad le extrajeron la astilla y la guardaron como reliquia sagrada, pero cada madrugada el estigma volvía aparecer y se mantuvo ahí por el resto de su vida. Otro milagro atribuido a la casta mujer fueron las rosas: ella les contó a varias novicias de comunidad como su marido le prohibía darle de comer a los pobres y un día cuando estaba saliendo de casa a escondidas con una hogaza debajo de su abrigo, su esposo la interceptó y le hizo quitar su vestimenta, pero milagrosamente el pan se había convertido en un ramo de rosas.
Hay una historia más relacionada con las rosas: dicen que estando ya en su vejez y gravemente enferma, Santa Rita pidió a una pariente que se encontraba visitándola que le trajera una rosa que se encontraba en la huerta del jardín en su casa en Roca Porrena. El favor sería algo difícil de cumplir, pues en 1457 caía una intensa nevada y gran parte de la ciudad se encontraba cubierta de blanco; sin embargo, la familiar de Rita aceptó el encargo y cuál no sería su gran sorpresa al encontrar un rosal florecido, lo que se convertiría en un sacramental de las causas imposible y símbolo de la santa, la rosa.
Actualmente, las rosas son bendecidas y distribuidas por las religiosas Agustinas de Casia y en las fechas cercanas al aniversario de Santa Rita su sepulcro, que guarda su cuerpo incorrupto, es adornado con pimpollos de rosas.
Un milagro desde la cuna que llegó al monasterio
La siguiente narración habla sobre el momento en que Rita fue bautizada, pues después de haber recibido el sacramento, cuando fue dejada en su cuna, un grupo de abeja blancas se acercaban a depositarle miel en la boca sin hacerle daño. Una persona que vio lo sucedido intentó dispersar las abejas y cuando lo hizo, su brazo que se encontraba herido sanó inmediatamente.
Inclusive dicen que en el monasterio donde vivió y murió la monja agustina las abejas se encuentran en los muros y comenzaron a llamarlas abejas murarias, aunque gracias a la tradición las denominaron como “abejas de Santa Rita.”
El último día de Santa Rita
Curiosamente, el mismo día que nació sería el día que moriría, pero 73 años después: un 22 de mayo de 1457. Sus restos siguen incorruptos y se conservan en la Basílica de Santa Rita en Cascia, Italia, el cual se ha convertido en un lugar de peregrinación para cientos de personas que empezaron a contar las curaciones milagrosas que se daban gracias a ella.
Fuentes:
- https://es.wikipedia.org/wiki/Rita_de_Casia
- https://www.devocionario.com/santos/rita_1.html
Imágenes: wikiwand.com