Las Hadas de Cottingley: declaraciones y confesión final

Las Hadas de Cottingley: declaraciones y confesión final

Hadas en el patio

La mayoría de los niños tenían que vivir en el campo durante las Primera Guerra Mundial, pues este era el sitio más seguro para resguardarse de las intervenciones militares aéreas. Con eso en mente fue que Frances Griffith se mudó a la casa de su familia en el condado de Cottingley: la mayoría del tiempo la pasaba con su prima mayor Elisie, y ambas niñas disfrutaban pasar tiempo en el bosque o en el jardín de la casa, jugando ante todo con una cámara fotográfica perteneciente al padre de Elsie.

Cuál sería la sorpresa del hombre al revelar las fotos que habían tomado las niñas y descubrir en una esquina de la imagen una pequeña hada. El señor no le dio mayor importancia a lo que había sucedido, alegando que tal vez la placa fotográfica se había dañado o una travesura de las pequeñas, pero la que si creyó que algo mágico estaría pasando sería la madre de Elsie, Polly.

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La señora Wright se encontraba inmersa en el mundo sobrenatural, había tenido experiencia con eventos sobrenaturales y recordaba vivencias de la vida pasada. Fue tal su interés en descubrir la verdadera naturaleza de las fotografías que terminó asistiendo a un evento realizado por la Sociedad Teosófica de Bradford, quienes estabas discutiendo ese día sobre la vida de las hadas.

Polly habló sobre el evento sucedido con su sobrina e hija, mencionando que las niñas habían logrado capturar en una imagen a las criaturas sobrenaturales y fue tanto el barullo que la historia terminó llegando a los oídos de Edward Gardner, líder teosofista.

Gardner creyó en las imágenes y afirmó que eran reales, con su confirmación la historia de las hadas de Cottingley comenzó a recorrer los salones espiritistas de todo Inglaterra hasta llegar a los oídos del creador de Sherlock Holmes.

La intervención de Conan Doyle

Arthur Conan Doyle, el famoso escritor inglés, tenía por encargo escribir para la revista The Strand Magazine un artículo sobre las hadas como tema navideño. Se enteró de las famosas fotografías de los seres míticos e, impresionado por lo sucedido, buscó confirmar la veracidad de las imágenes con algunos médiums y psíquicos, quienes las consideraron falsas.

Los editores mandaron a Doyle a entrevista a la familia Wright, quienes le causaron una gran impresión, también enviaron a un fotógrafo de la revista, quien les dejó a las niñas una cámara y 20 placas fotográficas para que capturaran nuevas imágenes.

Las Hadas de Cottingley: declaraciones y confesión final

Doyle escribiría un artículo en el que defendería la veracidad de las imágenes y de la existencia de las hadas, cabe recalcar que el escritor era un ferviente creyente del mundo sobrenatural, así que tal vez su opinión se encontraba algo sesgada.

La carta de Frances, una prueba del suceso

Antes que el asunto de las hadas se hiciera de conocimiento público, Frances le escribió una carta a una de sus amigas en Ciudad del Cabo, la carta tiene fecha del 9 de noviembre de 1918 y en ella la chica cuenta como es amiga de las hadas: Elsie y yo somos muy amigas de las hadas del arroyo. También envió una fotografía con la siguiente anotación: Es curioso que nunca las vi en África. Debe hacer demasiado calor allí para ellas.

Las verdaderas protagonistas de la historia

La primera fue Elsie Wright quien nació en 1901, hija de Arthur y Polly Wright. La chica siempre se caracterizó por tener gran talento para pintar y retratar (acuarelas), en especial paisajes o personas. Con tan solo trece años ingresó en la Escuela de Arte de Bradford y a su vez empezó a trabar en un laboratorio fotográfico elaborando tarjetas de felicitación, y fue ahí donde tuvo su primera oportunidad de trabajar con placas fotográficas.

Ya en su vida adulta emigró a Norte América, durante la Segunda Guerra Mundial sirvió como Capitana del Servicio Real de Mujeres; murió a la edad de 87 años en 1947.

Por otro lado, Frances Griffith, quien nació en Sudáfrica en septiembre de 1907, fue hija del sargento mayor Arthur Griffith y de Annie Griffith, se fue a vivir con su familia en Cottingley (dando inicio al relato de las hadas), contrajo nupcias con el soldado Sydney Way y se instaló en Ramsgate. Murió a la edad de 78 años, tuvo dos hijos.

Las primas finalmente confesaron la realidad de las hadas

Para el año de 1971, la BBC logró entrevistar a Elsie por un periodo de 10 días en los que ella siempre recalcó que su padre jamás supo la realidad de las hadas:

Elsie: Yo tomé las fotografías. Tomé dos… no, tres. Elsie tomó dos.

Entrevistador: ¿Son fotografías trucadas? ¿Podría jurar ante la Biblia sobre eso?

Elsie: Preferiría dejar eso en el aire si no le importa… pero mi padre no tuvo nada que ver, eso se lo puedo prometer.

El periodista Austin Mitchell, de la televisora de Yorksire las entrevistó en 1976, cabe reconocer que esta entrevista fue menos tajante que la de la BBC, Mitchell no dejó de preguntarles sobre la veracidad de las fotos y si de verdad habían cometido alguna estafa, a lo que Frances solo pudo responder:

Las Hadas de Cottingley: declaraciones y confesión final

“Por supuesto que no. Díganos cómo pudo hacerlo, recuerde que ella tenía 16 años y yo 10. Así que, si fuera un niño de diez años, ¿podría ir por la vida manteniendo un secreto?”

Finalmente, para 1981 en una entrevista realizada por Joe Cooper para la revista The Unexplained, las primas confesaron que las imágenes habían sido realizadas con recortes y con alfileres de sombrero. Aunque Frances siguió manteniéndose fiel a su versión que en el jardín si habían visto hadas.

Elsie mencionó: Dos chicas pueblerinas y un hombre brillante como Conan Doyle, bueno, sólo podíamos mantenerlo en secreto y Frances dio la estocada final con lo siguiente: Nunca pensé que fuera un fraude -sólo eramos Elsie y yo divirtiéndonos un poco y al día de hoy no puedo entender cómo les pudimos engañar – querían que les engañáramos.

Hoy en día las imágenes de las hadas, siguen siendo tema de discusión con expertos en fotografía y montaje, aunque a primera vista se nota que la luz y las dimensiones no encajan haciendo que la hadas se vean planas. Se destaca la habilidad para hacerlas ver creíbles en su tiempo, debido a que los tiempos de exposición para revelar la foto habrían hecho que en algún momento el objeto se moviera.

Fuentes:

  1. https://web.randi.org/uploads/3/7/3/7/37377621/jref13edmod_fairies_teacher_print.pdf
  2. https://www.escepticos.es/repositorio/elesceptico/articulos_pdf/ee_06/ee_06_las_hadas_recortables_que_sedujeron_a_arthur_conan_doyle.pdf

Imágenes: 1 y 3: latam.historyplay.tv, 2: muscaria.com

Bibliografía ►
El pensante.com (agosto 30, 2021). Las Hadas de Cottingley: declaraciones y confesión final. Recuperado de https://elpensante.com/las-hadas-de-cottingley-declaraciones-y-confesion-final/