El Pensante

Los misterios de Anubis el dios del Karma

Casi nadie quisiera pensar en la muerte y en todo lo que a ella atañe. El temor a morir es común en casi todos los seres humanos de la actualidad, muy seguramente debido al desconocimiento que tenemos al respecto. Un buen grupo de la población mundial, considera que hay vida más allá del sepulcro y que de acuerdo con las acciones llevadas en la existencia, la divinidad ejecutaría un juicio final a cada alma. Lo mismo creían los egipcios antiguos, una enigmática civilización que consideraba que la Ley Divina está conformada por 42 jueces y el dios de la justicia objetiva: Anubis. En seguida, todos los misterios más reveladores de Anubis, el dios del karma:

Imagen 1. Los misterios de Anubis el dios del Karma

De todas las deidades egipcias, Anubis es uno de los más conocidos y no es para menos, pues se trata de aquel espíritu terrible que debe juzgar cada detalle y obra de la vida de un individuo, el juez implacable e imparcial que dicta lo que se merece cada uno, no sólo después de muerto, sino también durante la vida. Es decir, que el destino o igualmente llamado por los orientales como “karma”, el conjunto de sucesos que acontecen en la existencia tanto buenos como malos, estarían estipulados por los 42 jueces supremos con Anubis, que imparten justicia. De esa forma, no importa si alguien observa o no a otro cometiendo un crimen, delito o pecado, ya que el Gran Tribunal todo lo ve, todo lo oye. Así está descrito en el Libro de los Muertos de los egipcios.

Específicamente, Anubis es una de las deidades del panteón egipcio más antiguas que se conozca. Dentro de la misma cultura e inclusive en otras, ha recibido diversos nombres: “el Señor de la Necrópolis”, “el que tiene dos corazones”, “el señor de la tierra sagrada o de los cementerios”, “Señor de los embalsamadores” y “Señor de las cavernas”. Tiene cuerpo humano varonil y su cabeza es de un chacal negro, demasiado imponente y magno.

El motivo por el que lo representaron con esa cara de chacal tan impactante, era para simbolizar el gran temor a las retribuciones de los mismos actos de la persona, como analogía a  los chacales hambrientos merodeando los cementerios y muchas veces se veían escenas dantescas, cuando estos animales lograban escarbar lo suficiente en una tumba y sacaban los cadáveres putrefactos para devorárselos.

Con el pasar de los siglos, la civilización egipcia se fue transformando integralmente y Anubis fue relegado sólo al papel de guía de las almas cuando llegan al más allá, así como el encargado del proceso fúnebre como tal. En el ámbito espiritual, lo invocaban fervorosamente para embalsamar las momias, mientras realizaban complejos rituales.

El inicio del mito

Anubis empezó a figurar en las historias míticas de Osiris, quien fuera en principio un rey sabio de alto poder, cuyo hermano se llamaba Seth, mismo que lo traicionó y asesinó en un brutal enfrentamiento, ya que Seth deseaba ambiciosamente el trono de Egipto. Cuando Seth triunfó, descuartizó el cuerpo de Osiris en 14 partes y luego las repartió por toda la nación para que nunca lo hallaran.

La reina, esposa de Osiris, era llamada Isis. Ella, en un doloroso duelo por su fallecido esposo, tomó la determinación de recoger pedazo a pedazo del cadáver y volverlo a formar. Lo logró, pero le faltó encontrar el pene, porque unas pirañas del Nilo lo devoraron. Pero Isis contaba con los poderes de una diosa y pudo crear una réplica de oro del miembro viril.

Tan pronto estaban las piezas encajadas en el cuerpo, se dirigió hacia Anubis en las tenebrosas necrópolis, porque sabía que él manejaba las artes ocultas más potentes y con estos conocimientos, regresaría a la vida a Osiris. Osiris, el gran jerarca, finalmente volvió a la vida y al poco tiempo, engendraron un primogénito al que llamaron Horus, quien vencería al diabólico Seth. Al final, Osiris deja atrás a su familia y se dedica a gobernar el mundo de los muertos, junto con Anubis, el sacerdote de la justicia supremo.

El señor Anubis, el máximo sacerdote egipcio con toda la sabiduría del universo. “Señor de secretos” como lo denominaban los sabios; sabedor de todos los rituales más tremendos y las técnicas mágicas más insospechadas. Todo esto ha sido recopilado de los milenarios jeroglíficos hallados a través de los últimos siglos y de grandes investigaciones.

El juicio final de las almas

Imagen 2. Los misterios de Anubis el dios del Karma
En aquellas épocas arcaicas donde florecía la sabiduría egipcia, un ritual debía ser llevado a cabo por cada persona en vida, para no ser condenado por Anubis en el juicio de su alma; a ese ritual le llamaron el Arcano AZF y era explicado por los conocimientos de Metratón revelados a Hermes Trismegistro, en los misterios de la Kabalah y la Alquimia.

Dicho ritual consistía en practicar una clase de sexo espiritual, en el cual ambos miembros de la pareja se abstienen del orgasmo y por medio de la técnica especial del Arcano AZF, hacían que la energía sexual ascendiera por el canal medular hasta llevarla al cerebro y de ese modo, todos los poderes sobre naturales se despertaban en ellos. Al morir, Anubis y su Tribunal Supremo mira la columna vertebral de cada fallecido; de no encontrar fuego sexual fusionado en las vértebras, esa alma sería condenada a las regiones infernales de Seth.

Igualmente, creían que dentro de cada persona habitan millares de entidades demoníacas que continuamente viven absorbiendo las energías de los humanos, haciéndolos experimentar emociones negativas y bajas pasiones, así como también conduciéndolos a cometer terribles bajezas. Les denominaban: los demonios rojos de Seth. Anubis, gran jerarca de la Ley Divina, revisa en aquel terrible juicio final del alma del moribundo, las veces en que el individuo cayó en las tentaciones de dichos demonios. Pero si aquella alma se purificó de tales máculas en vida y trabajó con los misterios sexuales de la cobra sagrada, ascendiéndola por la columna hasta el entrecejo, Anubis le enviaría a regiones paradisíacas o hasta le otorgaría la vida eterna.

En caso de que el difunto tuviese derecho a otro cuerpo físico, según sus acciones buenas o malas, se le dictaría un karma determinado para su siguiente existencia como humano, como una nueva oportunidad para que elimine todos los demonios rojos de Seth y trabaje con la clave secreta del Arcano de Hermes Trismegistro. Según esta mitología, esto aplica para todas las almas humanas que moran sobre la faz de la Tierra, de todas las épocas y culturas.

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