Tal vez lo más conveniente, antes de entrar a abordar la definición y los alcances de las Matemáticas aplicadas, sea recordar propiamente el concepto de Matemáticas, a fin de precisar el contexto adecuado en el que se desarrolla la primera entidad teórica.
Definición de Matemáticas
En este sentido, se puede comenzar por decir entonces que, en términos generales, la mayoría de las fuentes coinciden en señalar a las Matemáticas como la disciplina del conocimiento, cuya principal materia de estudio está constituido por entidades abstractas, como por ejemplo las figuras geométricas o los números, y que busca identificar, describir y entender las diferentes propiedades o relaciones que se dan en torno a ello.
Así mismo, la Ciencia ha alzado su voz para dejar en claro que bajo su concepción las Matemáticas no son una ciencia, sino un conjunto de lenguajes formales que pueden servir de herramienta a las diversas ciencias, a la hora de expresar de forma no ambigua los problemas planteados por estas en cuanto a los fenómenos leyes observadas en sus respectivos objetos de estudio, a fin de convertirlos en hechos verificables y comprobables, capacidad que hace que algunos académicos le asignen a las Matemáticas igualmente la definición de herramienta científica práctica.
Definición de Matemáticas aplicadas
No obstante, esta última definición que se refiere al carácter práctico de las Matemáticas, en realidad abarcaría uno solo de los dos enfoques con los que cuenta esta disciplina, la cual por un lado se encarga del estudio de las Matemáticas in se y per se, es decir, “en sí misma” y “en tanto que tales” (Matemáticas puras) y por otro al estudio y desarrollo de métodos que permitan dotar de herramientas matemáticas a las diferentes Ciencias o disciplinas, que necesiten de este lenguaje formal para expresar cada uno de sus postulados (Matemáticas aplicadas).
Sin embargo, en cuanto a la definición de Matemáticas aplicadas, la cual es vista por sectores académicos también como una matemáticas que se da “hacia afuera”, es necesario ampliar que el préstamo o uso que las diferentes disciplinas o ciencias hacen de los conocimientos y entidades matemáticas cumple con la función no sólo de expresar en un lenguaje preciso sus problemas o Leyes, sino que los convierten en hechos verificables y sobre todo entendibles, por lo que se puede decir igualmente que las Matemáticas aplicadas cumplen también con la función de explicar las Leyes de la Naturales –en el caso de la Física, la Biología, etc.- o el comportamiento de otros objetos de estudio –en el caso de otras disciplinas no científicas, como las Ciencias sociales- a fin de que el hombre se procure el entendimiento de su realidad. En otras palabras, las Matemáticas aplicadas se constituyen como una herramienta práctica que ayuda al hombre, tal como era en un principio- a entender el mundo que le rodea.
Breve historia
Por ende, algunos teóricos y especialistas en Historia de las Matemáticas señalan que el carácter práctico de las Matemáticas, es decir, las Matemáticas aplicadas, está relacionado con el nacimiento mismo de la Matemática, siendo así mismo muchísimo anterior a la creación de las Matemáticas puras (o abstractas). En tal sentido, quienes así lo indican, señalan cómo en el seno de la civilización prehistórica, el hombre primitivo –en la medida en que se complejizaba su pensamiento y su sociedad- empezó a encontrarse cada vez con mayores retos (Ver más en Origen de las Matemáticas) que involucraban por ejemplo tener que desarrollar la concepción abstracta de cantidad (muchos /pocos) para entender cuánto de un recurso tenía o si debía buscar más, para el sustento del clan o familia. Igualmente, el desarrollo de herramientas conllevó también la necesidad de entender las medidas, estructuras y espacios, mientras que su existencia en el planeta lo llevó también a querer entender el transcurrir del tiempo y el funcionamiento de los ciclos naturales.
Así mismo, con el descubrimiento de la agricultura, la sociedad humana cambió radicalmente, complejizando su estructura, organización, economía y creciendo rápidamente, situación que llevó al hombre –quien concibió la noción de número: entidad abstracta que representa una cantidad determinada- a desarrollar mucho más una disciplina que le permitiera, a través de ciertos símbolos el entendimiento de la realidad, para la comprensión de sus cantidades (Aritmética), sus estructuras y espacios (álgebra y geometría) y sobre todo la transformación de estas entidades (Cálculo). En pocas palabras, en el mundo prehistórico y antiguo, las Matemáticas se erigieron como la herramienta práctica de la que se valía el hombre para cuantificar, medir y entender su realidad.
Descubierta la Escritura, las civilizaciones del Mundo Antiguo continuaron varios siglos usando las Matemáticas con fines prácticos, es decir desde el enfoque de Matemáticas aplicadas. No obstante, la civilización helénica aprendió todos los conocimientos babilónicos y egipcios llevándolos un paso más allá, e incorporando el método deductivo –principio también de la Lógica- en las Matemáticas, enfocándose también en los teoremas, definiciones, y sobre todo en los axiomas: habían nacido las Matemáticas puras.
Desde entonces –aun cuando estos dos enfoques fueron totalmente definidos y nombrados durante el siglo XIX- las Matemáticas viene desarrollándose en estas dos líneas: en sí misma y para nutrir sus propios conocimientos (Matemáticas puras); y hacia afuera y para servir de herramienta práctica a las distintas ciencias, a fin de explicar sus leyes o resolver problemas inherentes a la realidad (Matemáticas aplicadas). Sin embargo, según lo descrito por la Historia de las Matemáticas, se puede inferir entonces que el primer enfoque que desarrollaron las Matemáticas fue el práctico, es decir, que las Matemáticas aplicadas son mucho anteriores a las Matemáticas puras.
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