Y tal es el caso de Mia Washington, una mujer oriunda de Texas, Estados Unidos, cuando quedó embarazada. Hasta aquí todo normal, su embarazo transcurrió sin complicaciones y dio a luz gemelos.

Pero justo aquí comenzó la zozobra tanto de la madre como de su esposo, pues había un problema con los niños, y es que los mellizos no se parecían en absoluto, por lo que la madre acudió a realizarse una prueba de ADN. El resultado que arrojaron los exámenes fue que los niños eran de diferente padre.

La situación, que sólo ocurre una en cada millón, se explica porque la mujer, mientras atravesaba por una crisis con su pareja, tuvo relaciones sexuales con otro hombre. Tras dicho episodio, su pareja la perdonó y volvieron juntos otra vez y tuvieron de nuevo relaciones sexuales, lo que posibilitó que ambos espermas, tanto el del esposo como el del amante, pudieran fecundar el óvulo y dejar a la mujer embarazada.

Su pareja, una vez que se enteró de la situación, la perdonó una vez más y  manifestó que ambos niños serían tratados sin distinción, pues ambos nacieron dentro del hogar.

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