Y por parte de los hombres, también ellos iban a barberías a que los atendieran, pero no lo hacían demasiado a menudo porque se les podía considerar “afeminados”. Julio César, político y militar romano, era conocido por rasurarse hasta tal punto que él mismo rasuraba a sus amantes.
La Inglaterra de Isabel I
Hablar de Isabel I de Inglaterra puede llevar bastante tiempo, pero en este momento, nos enfocaremos en el aspecto principal que tocamos en este artículo y es la depilación. Hay dos versiones de la historia: una dos dice que Isabel sufría de alopecia, enfermedad que ocasiona una pérdida del cabello, y que por ello la reina instó a otras mujeres a que se quitaran parte de la línea frontal del cabello, con la idea de alargar sus rostros.
La versión menos morbosa simplemente cuenta que en esa época estaba de moda depilarse la línea frontal del cabello para dar la apariencia de tener un rostro más delgado y que la reina se volvió seguidora de dicha moda.
Finalmente, el siglo XX
Un nuevo siglo trajo un sinfín de cambios en el mercado de la depilación. Quedaron atrás los motivos más tradicionales para rasurarse: ahora todo tenía un enfoque más estético. Para 1915, revistas como Harper Bazar ya promocionaban entre sus páginas las máquinas de afeitar enfocadas al público femenino.
Gillete fue la primera empresa en promocionar no solo máquinas de afeitar (estilo navaja) sino también en sacar al mercado máquinas depilatorias eléctricas. El boom de todos estos productos se hizo más grande gracias a la llegada de prendas de vestir como el bikini, aunque también hay que mencionar que durante la segunda guerra mundial debido a la escasez de medias de nylon la depilación se hizo bastante necesaria entre las mujeres.
En tiempos más actuales, rasurarse se ha convertido en un tema bastante controversial, pues el depilarse se debería tratar como una actividad de gustos y no de presión social. Ha habido muchas celebridades femeninas que se han visto atacadas por dejarse unos vellos de más, mientras que los hombres salen relativamente indemnes de un buen navajazo.
Fuentes:
- https://www.youtube.com/watch?v=LzqnxvTZeEg
- https://xsierrav.blogspot.com/2019/01/isabel-i-tudor-y-iv-un-maquillaje.html
Imágenes: 1: supercurioso.com, 2: taringa.net, 3: mercadolibre.com
La depilación es un proceso de belleza que se ha llevado desarrollando a lo largo de la existencia del ser humano, y aunque puede sonar extraño lo cierto es que en muchas ocasiones no fue la estética lo que movió a las personas a depilarse. Todos los artilugios y metodologías no surgieron de la noche a la mañana, sino que tienen una larga historia de la que hoy hablaremos, pues tanto hombres como mujeres han probado alguna vez la depilación.
De la Prehistoria a la Antigüedad
Aunque parezca sorprendente, las personas durante los tiempos de las cavernas se afeitaban el vello de la cara y parte de la cabeza con el objetivo de que el agua congelada no se quedara atrapada en la piel. Para ello usaban conchas, dientes de animales o piedras afiladas, y si bien su objetivo no era la estética sí usaban la depilación como medio para no congelarse.
También el método de la depilación con hilo, aunque lo creamos de origen moderno, en realidad se dice que ha tenido práctica desde hace unos 6000 años en zonas como la India o Irán. De igual forma, en el antiguo Imperio Persa se usaba la depilación con hilo con fines de ritual o transición:,las niñas eran depiladas para simbolizar su paso de la infancia a la adultez cuando iban a contraer nupcias.
También podemos encontrar registros, que durante el reinado de Ramsés III (Faraón del Antiguo Egipto) las mujeres del harem se depilaban totalmente e inclusive rasuraban su cabellera; los hombres también hacían parte del proceso de depilación, pues depilarse totalmente era algo que hacían las personas de clases superiores.
Cualquier señal de vello o de tener alguna barba les daba una apariencia “incivilizada” o de baja a casta a las personas que no se afeitaban. Los métodos de depilación que se podían encontrar eran: pinzas creadas a partir de conchas marinas, piedras pómez, y una mezcla elaborada a partir de cera de abeja y azúcar. Las personas en el antiguo Egipto empleaban la depilación no con fines estéticos sino más bien higiénicos, para evitar la proliferación de piojos o pulgas y para que no hubiera mal olor corporal debido a las altas temperaturas del desierto.
La depilación también era aplicada con fines folclóricos, pues al morir el miembro de una familia, las demás personas se rasuraban sus cejas a modo de duelo.
Los griegos y romanos
Las féminas en ambas culturas se rasuraban totalmente el pubis, pues se creía que al no realizar eso las considerarían salvajes. Pero la historia cambia cuando hablamos de la cara, pues estaba de moda llevar la uniceja, al punto que inclusive había mujeres que se pegaban cabellos para hacer sus cejas más gruesas.
Y por parte de los hombres, también ellos iban a barberías a que los atendieran, pero no lo hacían demasiado a menudo porque se les podía considerar “afeminados”. Julio César, político y militar romano, era conocido por rasurarse hasta tal punto que él mismo rasuraba a sus amantes.
La Inglaterra de Isabel I
Hablar de Isabel I de Inglaterra puede llevar bastante tiempo, pero en este momento, nos enfocaremos en el aspecto principal que tocamos en este artículo y es la depilación. Hay dos versiones de la historia: una dos dice que Isabel sufría de alopecia, enfermedad que ocasiona una pérdida del cabello, y que por ello la reina instó a otras mujeres a que se quitaran parte de la línea frontal del cabello, con la idea de alargar sus rostros.
La versión menos morbosa simplemente cuenta que en esa época estaba de moda depilarse la línea frontal del cabello para dar la apariencia de tener un rostro más delgado y que la reina se volvió seguidora de dicha moda.
Finalmente, el siglo XX
Un nuevo siglo trajo un sinfín de cambios en el mercado de la depilación. Quedaron atrás los motivos más tradicionales para rasurarse: ahora todo tenía un enfoque más estético. Para 1915, revistas como Harper Bazar ya promocionaban entre sus páginas las máquinas de afeitar enfocadas al público femenino.
Gillete fue la primera empresa en promocionar no solo máquinas de afeitar (estilo navaja) sino también en sacar al mercado máquinas depilatorias eléctricas. El boom de todos estos productos se hizo más grande gracias a la llegada de prendas de vestir como el bikini, aunque también hay que mencionar que durante la segunda guerra mundial debido a la escasez de medias de nylon la depilación se hizo bastante necesaria entre las mujeres.
En tiempos más actuales, rasurarse se ha convertido en un tema bastante controversial, pues el depilarse se debería tratar como una actividad de gustos y no de presión social. Ha habido muchas celebridades femeninas que se han visto atacadas por dejarse unos vellos de más, mientras que los hombres salen relativamente indemnes de un buen navajazo.
Fuentes:
- https://www.youtube.com/watch?v=LzqnxvTZeEg
- https://xsierrav.blogspot.com/2019/01/isabel-i-tudor-y-iv-un-maquillaje.html
Imágenes: 1: supercurioso.com, 2: taringa.net, 3: mercadolibre.com
La depilación es un proceso de belleza que se ha llevado desarrollando a lo largo de la existencia del ser humano, y aunque puede sonar extraño lo cierto es que en muchas ocasiones no fue la estética lo que movió a las personas a depilarse. Todos los artilugios y metodologías no surgieron de la noche a la mañana, sino que tienen una larga historia de la que hoy hablaremos, pues tanto hombres como mujeres han probado alguna vez la depilación.
De la Prehistoria a la Antigüedad
Aunque parezca sorprendente, las personas durante los tiempos de las cavernas se afeitaban el vello de la cara y parte de la cabeza con el objetivo de que el agua congelada no se quedara atrapada en la piel. Para ello usaban conchas, dientes de animales o piedras afiladas, y si bien su objetivo no era la estética sí usaban la depilación como medio para no congelarse.
También el método de la depilación con hilo, aunque lo creamos de origen moderno, en realidad se dice que ha tenido práctica desde hace unos 6000 años en zonas como la India o Irán. De igual forma, en el antiguo Imperio Persa se usaba la depilación con hilo con fines de ritual o transición:,las niñas eran depiladas para simbolizar su paso de la infancia a la adultez cuando iban a contraer nupcias.
También podemos encontrar registros, que durante el reinado de Ramsés III (Faraón del Antiguo Egipto) las mujeres del harem se depilaban totalmente e inclusive rasuraban su cabellera; los hombres también hacían parte del proceso de depilación, pues depilarse totalmente era algo que hacían las personas de clases superiores.
Cualquier señal de vello o de tener alguna barba les daba una apariencia “incivilizada” o de baja a casta a las personas que no se afeitaban. Los métodos de depilación que se podían encontrar eran: pinzas creadas a partir de conchas marinas, piedras pómez, y una mezcla elaborada a partir de cera de abeja y azúcar. Las personas en el antiguo Egipto empleaban la depilación no con fines estéticos sino más bien higiénicos, para evitar la proliferación de piojos o pulgas y para que no hubiera mal olor corporal debido a las altas temperaturas del desierto.
La depilación también era aplicada con fines folclóricos, pues al morir el miembro de una familia, las demás personas se rasuraban sus cejas a modo de duelo.
Los griegos y romanos
Las féminas en ambas culturas se rasuraban totalmente el pubis, pues se creía que al no realizar eso las considerarían salvajes. Pero la historia cambia cuando hablamos de la cara, pues estaba de moda llevar la uniceja, al punto que inclusive había mujeres que se pegaban cabellos para hacer sus cejas más gruesas.
Y por parte de los hombres, también ellos iban a barberías a que los atendieran, pero no lo hacían demasiado a menudo porque se les podía considerar “afeminados”. Julio César, político y militar romano, era conocido por rasurarse hasta tal punto que él mismo rasuraba a sus amantes.
La Inglaterra de Isabel I
Hablar de Isabel I de Inglaterra puede llevar bastante tiempo, pero en este momento, nos enfocaremos en el aspecto principal que tocamos en este artículo y es la depilación. Hay dos versiones de la historia: una dos dice que Isabel sufría de alopecia, enfermedad que ocasiona una pérdida del cabello, y que por ello la reina instó a otras mujeres a que se quitaran parte de la línea frontal del cabello, con la idea de alargar sus rostros.
La versión menos morbosa simplemente cuenta que en esa época estaba de moda depilarse la línea frontal del cabello para dar la apariencia de tener un rostro más delgado y que la reina se volvió seguidora de dicha moda.
Finalmente, el siglo XX
Un nuevo siglo trajo un sinfín de cambios en el mercado de la depilación. Quedaron atrás los motivos más tradicionales para rasurarse: ahora todo tenía un enfoque más estético. Para 1915, revistas como Harper Bazar ya promocionaban entre sus páginas las máquinas de afeitar enfocadas al público femenino.
Gillete fue la primera empresa en promocionar no solo máquinas de afeitar (estilo navaja) sino también en sacar al mercado máquinas depilatorias eléctricas. El boom de todos estos productos se hizo más grande gracias a la llegada de prendas de vestir como el bikini, aunque también hay que mencionar que durante la segunda guerra mundial debido a la escasez de medias de nylon la depilación se hizo bastante necesaria entre las mujeres.
En tiempos más actuales, rasurarse se ha convertido en un tema bastante controversial, pues el depilarse se debería tratar como una actividad de gustos y no de presión social. Ha habido muchas celebridades femeninas que se han visto atacadas por dejarse unos vellos de más, mientras que los hombres salen relativamente indemnes de un buen navajazo.
Fuentes:
- https://www.youtube.com/watch?v=LzqnxvTZeEg
- https://xsierrav.blogspot.com/2019/01/isabel-i-tudor-y-iv-un-maquillaje.html
Imágenes: 1: supercurioso.com, 2: taringa.net, 3: mercadolibre.com
