La diosa no tiene un origen muy claro, algunos creen que era hija de Océano o de los dioses de la oscuridad Érebo y Nix, pero todos están de acuerdo que ella pertenece a la primera generación de dioses, los dioses primordiales. Esto es así, porque sus padres (Érebo y Nix) nacieron a su vez de Caos, una de las cuatro entidades primordiales junto a Gea, tártaro y Eros que para los griegos simbolizaba todo aquello que existía antes que los dioses, los elementos de un origen.

Contrario a lo que muchos piensan, el nombre de Némesis significa distribuir, característica propia de la diosa porque ella representaba: la venganza, el equilibrio y la justicia retributiva, es decir, si una persona mataba a otra el castigo sería el mismo, una especie de ojo por ojo. Némesis

Desenfreno o equilibrio

Uno de los relatos nos cuenta que un día Zeus se quedó prendado de la belleza de la diosa, y ella para escapar de las atenciones indeseadas se transformó en oca. Aun así, reacio a recibir un no por respuesta, Zeus se convirtió en cisne y persiguió a la diosa hasta que pudo apoderarse de ella.

De esta unión, Némesis puso dos huevos de los que nacieron los gemelos Cástor y Pólux, y del otro nació Helena, cuya belleza fue el causante del conflicto troyano, se cree que este papel fue dado por su propia madre, Némesis, para dar una especie de venganza por los abusos recibidos por Zeus.

Otra historia en donde aparece la diosa es en la narración sobre el rey Creso, el último rey de Lidia, cuyo gobierno estuvo marcado por los excesos. Némesis lo condujo a un conflicto bélico contra el rey Ciro de Persia, y la aventura no resultó beneficiosa para Creso, demostrando una vez más que nadie puede ser excesivamente afortunado, para no perturbar el equilibro del universo.

Fuentes:

1. https://es.wikipedia.org/wiki/N%C3%A9mesis

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