Aureliano Agustín de Hipona –mejor conocido como San Agustín (354 d.C -430 d.C)- fue un importante Teólogo, Obispo católico y Filósofo, de origen africano, quien con sus postulados y tratados sentó algunas las bases teológicas más importantes de la Iglesia católica, apostólica y romana, conocidas como tesis postulados de San Agustín o tesis agustinianas.
Trascendencia de San Agustín
En este sentido, de acuerdo a las fuentes católicas, Agustín de Hipona, reconocido por la Iglesia católica como santo desde su canonización en 1931, es señalado también como uno de los teólogos más importantes de la Iglesia católica, institución que le reconoce además como uno de los cuatro Padres de la Iglesia latina, junto a San Gregorio Magno, San Ambrosio de Milán y San Jerónimo de Estridón.
Así mismo, es visto como la influencia esencial para la introducción de la obra y visión platónica en el pensamiento católico, y también occidental, haciendo incluso que todo el pensamiento occidental cristiano se basara en la filosofía de este filósofo clásico, estudiante de Sócrates y maestro de Aristóteles. De esta forma, desde la promulgación de sus postulados y hasta la Edad Media, el pensamiento occidental cristiano estaría regido por la filosofía platónica-agustiniana, hecho que no sólo lo convierte en una autoridad teológica para la Iglesia católica, sino en uno de los hombres más influyentes de la historia.
Postulados de San Agustín
Con respecto a los pensamientos fundamentales de este filósofo cristiano, la Filosofía occidental ha señalado que se trata de cuatro tesis, sobre las cuales se basa el pensamiento de San Agustín, las cuales se pueden revisar de forma más detallada a continuación:
El conocimiento y la fe
De acuerdo a las fuentes filosóficas, San Agustín asumía que la Fe era la entidad que daba vida a la religión, mientras que la Razón era el germen de la Filosofía. Sin embargo, para este teólogo cristiano, la Fe no era entendida como una creencia irracional, sino como una cualidad que permitía que el hombre supiera qué senderos del conocimiento transitar, al tiempo que lo protegía del error. Así mismo, para San Agustín, la Fe era proviene directamente de la gracia de Dios, la cual al beber de la fuente de las escrituras, le daban al hombre el privilegio de entrar en contacto con la palabra divina.
Por otro lado, la Filosofía, menos amplia y fuerte, por ser humana, sin embargo no debía ser despreciada, pues le daba al hombre la capacidad de entender desde su razón algunas de las verdades religiosas. De esta forma, para San Agustín, las Fe y la Razón eran cualidades –una divina y la otra humana- que lejos de rechazarse se complementaban, puesto que de acuerdo a esta tesis: “creo para entender y entiendo para creer”.
Sobre Dios y las verdades eternas
Así mismo, otra de las grandes postulados de San Agustín es aquel que va dirigido hacia la necesidad o hecho de probar que Dios realmente existe. Al respecto, este Santo católico señala la posibilidad que tiene el hombre de internarse en su propia alma, a fin de dar con las “verdades eternas”, las cuales le dan origen a la razón, trascendiendo al propio hombre, perteneciendo a la esfera en donde se encuentra Dios, quien cuenta con iguales características, siendo superior y eterno. No obstante, San Agustín advierte que probablemente los límites del pensamiento humano no podrían entender en su totalidad la magnitud de Dios, aunque sin embargo, a través de las verdades eternas podrían acercársele.
Igualmente, Agustín de Hipona declara como cierto el misterio de la Trinidad de Dios, entendiendo que esta divinidad está conformada por el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, los cuales tienen la cualidad de ser respectivamente Dios, Verbo y Amor. Así mismo, este padre de la Iglesia latina promulgaba la capacidad de Dios como ser eterno, creador y omnipresente.
Sobre el hombre como ser dual
Así mismo, las tesis agustinianas se enfocan en la condición del Hombre y su conformación. En este sentido, siendo éste tal vez el punto en donde se puede notar total influencia del pensamiento platónico en la Filosofía de San Agustín, este teólogo cristiano afirmaba que el hombre estaba conformado por un cuerpo físico y un alma, marcando así un dualismo antropológico, coherente con la visión platónica, aun cuando para San Agustín el cuerpo no se constituía una prisión del alma. Igualmente, este santo aclaraba que el Alma humana no era una parte de Dios, aun cuando sí su creación, así como una entidad formada a su imagen, la cual tenía la memoria, la inteligencia y la voluntad, como facultades, las cuales venían a ser a su vez reflejo de la Santísima Trinidad.
Sobre la Moral y la Felicidad
Finalmente, San Agustín aborda también el tema de la Moral y el Bien Supremo, como únicos caminos a la felicidad. Igualmente, San Agustín es enfático en advertir que no son los bienes materiales, ni la cantidad de conocimiento, ni el poder los que pueden acercar o llevar al hombre a la felicidad, sino la presencia del alma humana ante Dios, a lo cual solo se puede acceder cuando el hombre ha decidido llevar una vida apegada a la santidad. Así mismo, sobre cuáles son las normas morales por las cuales debe regirse, San Agustín aclara que estos preceptos hacen parte de las leyes eternas, las cuales han sido grabadas por Dios en los corazones humanos, por lo que cada corazón en guía moral de su dueño.
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