Tahuantinsuyo
El Tahuantiunsuyu o Tahuantinsuyo fue el Imperio más grande y poderoso de América del Sur en tiempos precolombinos, extendiéndose desde el norte de Argentina hasta Ecuador, y desde las costas pacíficas peruanas hasta el Amazonas. Generalmente conocido como el Imperio Inca (un nombre impreciso, pues Inca significa Emperador, así que estamos hablando del “Imperio del Emperador”) se trató de un estado complejo, desarrollado y muy interesante desde el punto de vista de los europeos. Lamentablemente el Tahuantinsuyo colapsó poco después de la llegada de Francisco Pizarro, quien crearía en sus territorios el Virreinato de la Nueva Castilla, posteriormente denominada Virreinato del Perú.
Gran parte de las estructuras sociales y de gobernanza se mantuvieron en el cambio de hegemonía, aunque evidentemente muchas cosas se perdieron, y de ellas ya hablamos en la serie Recorriendo el Camino del Inca. Entre las cosas que se terminaron por perder estuvo uno de los sistemas de caminos y puentes más complejos de los tiempos antiguos, diseñado para garantizar la gobernabilidad del Inca. Algunos de estos caminos se mantuvieron, pero muchos de ellos requerían una atención constante que los españoles simplemente no estaba en condiciones de brindar y terminaron por perderse.
Los Puentes del Inca
Estos caminos eran interesantes porque se encontraban en los Andes, una escarpada cadena montañosa en la que la comunicación era muy difícil. En donde las áreas simplemente no se prestaban para fabricar un camino los incas recurrían a los puentes colgantes: sistemas de cuerda amarrada que permitían el paso de un puñado de personas a la vez.
Con el advenimiento de la modernidad, con su ingeniería, sus materiales de construcción y sus necesidades de transporte a gran escala, estos puentes comenzaron a pasar al olvido. Muchos habían sido reparados por siglos por las comunidades que dependían de ellos, pero eventualmente dejaron de necesitarlos.
Y al final, solo quedó uno.
Qeswachaka
El último puente de una historia milenaria de comunicación en los andes peruanos se llama Qeswachaka. Se ubica sobre el río Apurimac a 3.700 metros sobre el nivel del mar, y tiene 28 metros de largo y 50 de altura. Está en territorio de las poblaciones Huinchiri, Chaupibanda, Ccollana Quehue y Pelcaro, que cada junio se reúnen para reparar el último puente inca que se encuentra en funcionamiento.
Q’eswachaka traduce literalmente “puente de cuerda”, y en el pasado era una palabra casi genérica que definía todos los puentes de esta naturaleza ubicados en las montañas andinas. Sin embargo, en la actualidad se ha convertido en un nombre propio pues solo queda un puente de cuerda antiguo en el Perú.
Antes de que comience el rito, las 4 comunidades se han preparado por meses, recogiendo y organizando la paja con la cual se fabrica la soga de los puentes o qheshwa. El primer día comienza el tejido, y se va construyendo la soga madre o Qheswasca, y al día siguiente se desamarran las sogas antiguas y son reemplazadas por las nuevas. A partir de este momento comienza el tejido, que dura dos días más y al final del cual el puente está listo para ser usado por toda la población.
Entonces, se realiza una fiesta.
El puente Q’eswachaka es una reliquia del pasado, y si bien los tejidos que lo sostienen han cambiado cientos de veces el puente sigue siendo el mismo que inauguraron los incas hace siglos, o quizás, comunidades más antiguas que ellos.
Fuentes:
- https://www.boletomachupicchu.com/qeswachaca-puente-inca/
Imágenes: nationalgeographic.com.es