Por lo general, cuando las personas piensa en preparar platos a base de nueces se imaginan postres, ensaladas o a lo sumo como acompañante de alguna fruta, por lo que la mayoría pasa por alto que la consistencia de este fruto seco, así como su gran cantidad de ácidos grasos, la convierten también en el ingrediente estrella de las salsas.
Sin embargo, antes de exponer algunas de las deliciosas recetas que se pueden preparar a base de nueces, será mejor dar un repaso por algunos de sus principales aspectos, como por ejemplo su naturaleza, origen o propiedades.
La nuez
En este sentido, puede comenzar por decirse que la Botánica explica la nuez como un fruto seco, nacido del árbol del nogal, conocido de forma científica como un árbol perteneciente al género juglans.
No obstante, cuando se dice nuez, en realidad se está haciendo referencia a algunas de las sesenta y ocho especies distintas que existen. Empero, en el mundo industrializado se producen y consumen sobre todo cuatro de ellas: la nuez persa o nuez europea (Juglans regia), la nuez negra (J.nigra), la nuez blanca (J.cinérea) o la nuez californiana (J. califórnica).
Con respecto a sus características físicas, la nuez puede ser descrita como un fruto seco, de cáscara parda, rústica y gruesa, que tiene en su interior una semilla seca, con una textura bastante untuosa.
Breve historia de la nuez
Así mismo, los expertos señalan que las nueces pudieron surgir de forma natural en el continente europeo, hace miles de años, específicamente antes de la última glaciación. De hecho, este evento planetario pudo haber acabado con estos primeros individuos. Posteriormente, superada la era glacial, la nuez pudo haber regresado al planeta, surgiendo en Persia, territorio comprendido entre Europa y Asia.
Desde el continente asiático, la nuez habría sido llevada a Grecia, civilización en donde fue conocida a su vez por los romanos, quienes posteriormente la llevaron a Italia, y de ahí al resto del continente. De hecho, fueron los romanos también el primer pueblo en logra su producción por medio de semillas.
Más adelante, en la época de la conquista, los españoles llevaron las nueces a América, territorio en donde se adaptó bastante bien, sobre todo en la zona en donde se ubica modernamente California. Para inicios del siglo XXI los principales productores de nueces eran los chinos, los estadounidenses y la comunidad europea.
Propiedades nutricionales
Sin embargo, la capacidad de adaptación o de producción de las nueces no son las únicas características por las que son apreciadas estas frutas secas, puesto que en ellas se encuentran también una gran cantidad de nutrientes, ideales para la salud humana.
En este sentido, las nueces pueden considerarse una gran fuente de Carbohidratos, Azúcares naturales, Fibra alimenticia y ácidos grasos. También, tienen en sus componentes las vitaminas A, B1, B2, B3, B6, B9, C, D y E, así como los minerales Cobre, Fósforo, Hierro, Magnesio, Manganeso, Potasio y Zinc, vitales para el desarrollo del cuerpo humano.
Receta de salsa para nueces
En consecuencia, son las grandes propiedades nutricionales, su exquisito sabor y su deliciosa textura la que hacen de la nuez un ingrediente estrella. Una forma de prepararla es en una creativa salsa, la cual es ideal para acompañar pastas, carnes o incluso usarla como Deep.
Para prepararla, será necesario contar con los siguientes ingredientes: una y media (1 y ½) taza de nueces peladas / media ( ½ ) taza de miga de pan / una (1) taza de leche / un (1) diente de ajo / media ( ½ ) taza de aceite de oliva / media ( ½ ) taza de queso parmesano rallado / dos (2) cucharadas de piñones (opcional) / sal.
Al momento de comenzar con la preparación, se deberán limpiar y pelar las nueces. Lo cual se puede hacer sumergiéndola en agua caliente (escaldarla) por unos cinco minutos, para después de dejarlas reposar por cinco minutos más, quitarles la cáscara, lo cual será mucho más sencillo después de este procedimiento.
En paralelo, se debe sumergir la miga de pan en la leche, permitiéndole empaparse por unos cinco minutos. Luego, se cuela para poder separar la leche de la miga de pan. Se toma entonces el procesador de alimentos, y se colocan las nueces, los piñones, el ajo, la miga y el queso. Se activa el electrodoméstico, y se agrega un poco de aceite –ojalá de coco- para que la preparación emulsione.
Si se nota que quizás la salsa resulta muy espesa, se puede agregar un poco –pero solo un poco- de la leche en la cual se ha remojado la miga de pan. Si no se tuviera aceite de coco, la emulsión también se puede procurar con aceite de oliva, o incluso con aceite de aguacate. Por otro lado, si quizás se quisiera un sabor un poco más fuerte, también se pueden agregar al procesador de alimentos algunas hojitas de perejil, albahaca, romero, célery o cilantro.
Esta salsa, se puede usar sobre pastas rellenas, sobre carnes blancas, o como acompañante de palitos de célery y zanahoria, para una reunión.
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