Caballería
Desde la domesticación del caballo, allá en algún momento del III o IV Milenio a.C., la caballería fue quizás el elemento más importante de cualquier ejército, y un multiplicador de fuerza capaz de invertir el destino de cualquier batalla. Fueron, por ejemplo, jinetes númidas quienes sellaron la suerte de Aníbal en la Segunda Guerra Púnica, y fueron jinetes hunos de la Gran Estepa Euroasiática quienes detonaron la migración masiva que llevaría al colapso del -ya decadente- Imperio Romano de Occidente.
Fueron muchas las iteraciones de la caballería. A la caballería ligera característica de la Edad Antigua la siguieron los diversos tipos de caballería pesada que se hicieron posibles gracias al estribo, y cuyos principales exponentes en el periodo temprano fueron las catafractas bizantinas. Los Jinetes Medievales representaron el exponente máximo de esta caballería, con cargas prácticamente imparables -como quedó demostrado en Montgisard, cuando 375 jinetes cruzados masacraron más de 20.000 tropas ligeras sarracenas-.
La llegada de la pólvora volvió obsoletos a los jinetes acorazados, pero no acabó con la caballería. Tanto los Dragones franceses como los legendarios Húsares Polacos combatieron junto a mosqueteros y cañones, sembrando muchas veces el terror entre sus formaciones y causando innumerables bajas a sus enemigos. Incluso en pleno Siglo XX, la caballería siguió jugando un rol fundamental en las guerras coloniales, en los conflictos de Extremo Oriente e, incluso, en la Primera Guerra Mundial.
Pero con la mecanización del conflicto y la aparición de tanques y aviones, la situación comenzó a cambiar. Para la Segunda Guerra Mundial, la caballería ya prácticamente había desaparecido de los campos de batalla, excepción hecha de unos pocos regimientos. Y el último de estos regimientos: la Primera Brigada de Caballería del Ejército Polaco, realizó en este conflicto la que se considera como la última carga de caballería:
La Batalla de Schoenfeld
El año fue 1945, cuando los alemanes ya se encontraban en plena retirada. El día, el primero de marzo. El lugar, la villa de Schoenfeld, donde los alemanes se encontraban aún acuartelados.
El Ejército Alemán contaba con considerables municiones y armas anti-tanque, lo que había limitado el avance del Ejército Popular de Polonia. Ante la incapacidad de desalojar a los alemanes de sus posiciones, los polacos optaron por una táctica poco ortodoxa: atacar con artillería desde larga distancia para crear una capa de humo.
Y, cubiertos por el humo, avanzaron los Jinetes de la Brigada de Caballería. Contra todo pronóstico su asalto tomó por sorpresa a los alemanes, incapaces de responder a tiempo con los jinetes ya encima de ellos. El Ejército alemán se vio en la necesidad de retirarse aceleradamente, abandonando a la suerte las armas anti-tanque y permitiendo a la caballería asegurar la posición. Ya sin la amenaza de los cañones alemanes, la artillería polaca pudo avanzar, ocupando las posiciones alemanas y anulando la ventaja del terreno y de las fortificaciones que habían construido.
Y así, entre el fuego de la pólvora y a vísperas del final del conflicto más letal de la Historia, ocurrió la última carga exitosa de caballería, relegando los jinetes a los cajones de la Historia y acabando una historia de más de 4 milenios.
Fuentes:
- https://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Schoenfeld
- https://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Montgisard
Imágenes: 1: wikipedia.org, 2: polishnews.com
Caballería
Desde la domesticación del caballo, allá en algún momento del III o IV Milenio a.C., la caballería fue quizás el elemento más importante de cualquier ejército, y un multiplicador de fuerza capaz de invertir el destino de cualquier batalla. Fueron, por ejemplo, jinetes númidas quienes sellaron la suerte de Aníbal en la Segunda Guerra Púnica, y fueron jinetes hunos de la Gran Estepa Euroasiática quienes detonaron la migración masiva que llevaría al colapso del -ya decadente- Imperio Romano de Occidente.
Fueron muchas las iteraciones de la caballería. A la caballería ligera característica de la Edad Antigua la siguieron los diversos tipos de caballería pesada que se hicieron posibles gracias al estribo, y cuyos principales exponentes en el periodo temprano fueron las catafractas bizantinas. Los Jinetes Medievales representaron el exponente máximo de esta caballería, con cargas prácticamente imparables -como quedó demostrado en Montgisard, cuando 375 jinetes cruzados masacraron más de 20.000 tropas ligeras sarracenas-.
La llegada de la pólvora volvió obsoletos a los jinetes acorazados, pero no acabó con la caballería. Tanto los Dragones franceses como los legendarios Húsares Polacos combatieron junto a mosqueteros y cañones, sembrando muchas veces el terror entre sus formaciones y causando innumerables bajas a sus enemigos. Incluso en pleno Siglo XX, la caballería siguió jugando un rol fundamental en las guerras coloniales, en los conflictos de Extremo Oriente e, incluso, en la Primera Guerra Mundial.
Pero con la mecanización del conflicto y la aparición de tanques y aviones, la situación comenzó a cambiar. Para la Segunda Guerra Mundial, la caballería ya prácticamente había desaparecido de los campos de batalla, excepción hecha de unos pocos regimientos. Y el último de estos regimientos: la Primera Brigada de Caballería del Ejército Polaco, realizó en este conflicto la que se considera como la última carga de caballería:
La Batalla de Schoenfeld
El año fue 1945, cuando los alemanes ya se encontraban en plena retirada. El día, el primero de marzo. El lugar, la villa de Schoenfeld, donde los alemanes se encontraban aún acuartelados.
El Ejército Alemán contaba con considerables municiones y armas anti-tanque, lo que había limitado el avance del Ejército Popular de Polonia. Ante la incapacidad de desalojar a los alemanes de sus posiciones, los polacos optaron por una táctica poco ortodoxa: atacar con artillería desde larga distancia para crear una capa de humo.
Y, cubiertos por el humo, avanzaron los Jinetes de la Brigada de Caballería. Contra todo pronóstico su asalto tomó por sorpresa a los alemanes, incapaces de responder a tiempo con los jinetes ya encima de ellos. El Ejército alemán se vio en la necesidad de retirarse aceleradamente, abandonando a la suerte las armas anti-tanque y permitiendo a la caballería asegurar la posición. Ya sin la amenaza de los cañones alemanes, la artillería polaca pudo avanzar, ocupando las posiciones alemanas y anulando la ventaja del terreno y de las fortificaciones que habían construido.
Y así, entre el fuego de la pólvora y a vísperas del final del conflicto más letal de la Historia, ocurrió la última carga exitosa de caballería, relegando los jinetes a los cajones de la Historia y acabando una historia de más de 4 milenios.
Fuentes:
- https://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Schoenfeld
- https://en.wikipedia.org/wiki/Battle_of_Montgisard
Imágenes: 1: wikipedia.org, 2: polishnews.com