El cuadro de “La Última Cena”, autoría de Leonardo Da Vinci, es una de las obras más emblemáticas del mundo y de mayor relevancia, creada en el año 1497. En estos instantes se halla ubicada en la misma pared en la que el maestro la pintó. Se cree que esta pintura sacra esconde innumerables códigos religiosos, que a causa de la Inquisición de la Iglesia Católica imperante en esa época, el genio tuvo que encriptar.
Si comenzamos a analizar a los discípulos que rodean a Jesucristo en la Obra, se puede apreciar que Tadeo, el penúltimo hombre de la derecha, guarda los mismos rasgos faciales que Leonardo.
El discípulo que se ubica al extremo de la derecha, es Simón Zelote y su cara es demasiado similar a la copia del busto del filósofo Platón, quien siempre ha sido desdeñado por el catolicismo.
El tercer hombre es Tomás, quien Leonardo quiso representar como el gemelo de Jesús. No sólo Da Vinci lo cree, sino también muchos estudiosos del Cristianismo primitivo. De hecho, el nombre Tomás significa gemelo en Arameo.
El misterio más resaltable de toda la obra de la Última Cena, es el de María Magdalena, quien se encuentra a la derecha de Cristo y claramente es una mujer y el espacio que forman entre los dos, deja entrever un cáliz subliminal.
Pero el cuchillo de Pedro no puede quedarse atrás en los elementos simbólicos y codificados de la pintura. Lo curioso está en la posición en la que Pedro toma el puñal.
Y por último, la ausencia de aureolas demarca un sentido humano que les quiso adaptar a los personajes bíblicos, teniendo en cuenta que en esos años, todas las pinturas sacras plasmaban a los santos con aureolas. Obviamente, no se trata de un detalle que descuidó el genio.
¿Conoces más detalles, misterios y curiosidades acerca de esta insigne obra de la pintura universal? Déjanosla en los comentarios.
Versión de video: Secretos de la ultima cena, de Leonardo da Vinci