Existen dos distintos tipos de oraciones pasivas, las cuales se distinguen entre sí según su estructura sintáctica. Sin embargo, previo a abordar una explicación sobre esta clase de estructura, se revisarán algunas definiciones, que de seguro permitirán entenderlas en su justo contexto.
Definiciones fundamentales
Por consiguiente, también se tomará la decisión de delimitar esta revisión a dos nociones fundamentales: Oración y Oración pasiva, por encontrarse directamente relacionadas con las clases de oraciones que se estudiarán posteriormente. A continuación, cada una de estas definiciones:
La oración
De esta manera, podrá comenzarse por señalar que la Oración es entendida, en líneas generales, como una de las principales estructuras sintácticas, que pueden encontrarse en las lenguas naturales. Sin embargo, si se deseara tener una visión mucho más integral de esta estructura sería necesario revisar también las definiciones que han hecho sobre ella las principales disciplinas de la Lingüística.
En consecuencia, se tiene, por ejemplo, que la Semántica –materia que se encarga de estudiar los significados- ve la Oración como la mínima estructura sintáctica con independencia semántica, puesto que es capaz de transmitir toda una idea completa, sin la necesidad de otra partícula o estructura.
Para la Sintaxis –disciplina que estudia las partículas lingüísticas según la posición y función que ocupan- la Oración es entendida como una estructura que se forma gracias a la unión de un Sujeto y un Predicado, es decir, un ente que realiza o ejecuta una acción, así como la acción que ejecuta o recibe un ente.
Oración pasiva
En segunda instancia también será necesario lanzar luces sobre el concepto de Oración pasiva, la cual es entendida como uno de los dos distintos tipos de oraciones que existen, desde una clasificación hecha en base al sujeto.
De forma mucho más específica, la Oración pasiva ha sido explicada por la Semántica como aquella oración en donde el Sujeto es un Sujeto paciente o pasivo, es decir, que recibe o sufre una acción, realizada por un ente agente.
Un ejemplo de oración pasiva puede ser el siguiente:
La mesa es ordenada por Jaime → en esta oración existe entonces un Sujeto pasivo “la mesa” que recibe la acción de ser “ordenada” por un complemento agente “Jaime”. Por ende, esta oración es pasiva.
Tipos de oraciones pasivas
Sin embargo, no se puede hablar solamente de un tipo de oración pasiva, puesto que según señala la disciplina sintáctica se pueden distinguir dos distintos tipos de oraciones en donde el sujeto principal es un sujeto paciente, que recibe o sufre la acción. A continuación, una breve explicación de cada una de estas clases de oraciones pasivas:
Pasiva analítica
Este tipo de oración también recibe el nombre de Pasiva perifrástica. Su principal rasgo es la estructura sintáctica que tiene, más allá de poseer un sujeto pasivo. Por ende, las oraciones pasivas analíticas se forman bajo la siguiente estructura:
S. paciente + verbo ser o estar + el participio del verbo + preposición por + complemento agente
El complemento agente puede no expresarse algunas veces. Sin embargo, cada vez que se haga, debe ser introducido a la oración por medio de la preposición “por”. Un ejemplo de oración pasiva analítica puede ser el siguiente:
La casa es vendida por Carlos
Pasiva sintética
Por otro lado, dentro de las oraciones pasivas se encuentra la oración sintética, también conocida como pasiva refleja o pasiva con se. Este tipo de oraciones, además del tener un sujeto paciente, también cuentan con la siguiente estructura sintáctica:
S. paciente + reflexivo “se” + verbo conjugado en tercera persona
En este tipo de oraciones casi nunca se muestra el complemento agente. Un ejemplo de oración pasiva sintética sería el siguiente:
Se vende casa
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