Antecedentes
Caído Salvador Allende en Chile, Pinochet aprovechó para desarrollar un estado criminal, donde no tenía mayor importancia salvaguardar los derechos del hombre, al contrario, hizo acabar la mecánica de un estado que intentaba ayudar a los más necesitados, obligando al líder comunista a dejar su puesto de presidente.
Luego llegó un gobierno donde se intentaba destruir a las personas con más escasos recursos y a todo aquel que los protegiera, por ello la fuerte represión a los comunistas se hizo evidente no solo en la prensa donde se silenciaban sus protestas sino en todo lugar. La violencia se hizo muy evidente en los centros de tortura donde llevaban muchos jóvenes para matarlos, aunque antes se les torturaba y hacía decir nombres de otros compañeros.
El régimen militar y las prohibiciones
Pinochet sabía que se debía cortar el hilo de la democracia y para ello la represión obligó a muchos jóvenes universitarios a la actividad clandestina. Ellos manchaban paredes con sus protestas, hacían reuniones secretas donde decían las diferentes maneras para tumbar el régimen. Uno de estos sitios era Villa Grimaldi, lo usaban los jóvenes para planear distintas cosas, incluso sirvió en los años sesentas como un campamento de hippies.
Pero luego de 1973 esta zona fue confiscada y utilizada estratégicamente por parte de los militares para asesinar mucha gente. Las diferentes maneras en que se torturaban los jóvenes fue una leyenda negra para todos los chilenos hasta la actualidad.
La práctica de la tortura en la Dictadura
De 1973 hasta 1975, Villa Grimaldi pasó a ser el lugar de tortura de más de 5000 hombres y mujeres que no estaban a favor de los planes del mefistofélico Pinochet, es por eso que el sitio en cuestión se convirtió en un estigma nacional.
Entre las prácticas de asesinato y tortura, la más usada era la denominada “parrilla”, se ponía al comunista en un catre y se le amarraban brazos y piernas, luego de esto pasaba a electrocutarse sus partes más frágiles del cuerpo, especialmente los genitales. Pasaban días enteros en esta rutina hasta que moría o decía toda información que se le exigía. Vale aclarar que al individuo había que dejarlo boca arriba, porque boca abajo era otra forma de tortura donde le introducían al personaje objetos cilíndricos por el ano en metal, luego se le calentaba hasta que este sujeto gritaba y decía lo solicitado.
Los que tenían datos, usualmente líderes sindicales o políticos del antiguo régimen allendista, se les ultrajaba con agua, primero se les sumergía la cabeza en agua sucia, a veces entre los mismos orines del interrogado y en facciones de minutos se le sacaba y se le volvía a preguntar. También estuvo extendida la horrenda práctica de poner una toalla en la cara de la persona y arrojarle agua hirviendo, esto le quemaba la piel y pegada quedaba a la toalla, luego de esto se le degollaba, pues se intentaba no gastar balas innecesariamente, nada para envidiarle al nazismo por parte de estos despiadados soldados.
También estaba la tortura por fuego, el joven era trocado por una máquina que generaba suficiente calor y así le desmembraba todo el cuerpo, hablara o no hablara se hacían actos de demencia criminal contra los comunistas, actos que pasaban a rayar contra la humanidad.
Pero otra tortura más cruel era “el colgamiento”, este consistía en colgar de manos en una varilla al presunto, dejando desmembrar las articulaciones por el peso del cuerpo. Se le dejaba así mucho tiempo hasta que hablara. Obviamente esto iba acompañado de golpes, electricidad y cortaduras. Hay que insistir que las víctimas no fueron jamás tratadas de manera positiva, siempre se violaba a las mujeres, se le partía las piernas a los hombres y se buscaba la manera de subyugar al acusado hasta que dijera así fuera mentiras, en todo caso el martirio terminaba con la muerte.
Y aún luego de la muerte, los sujetos se sacaban clandestinamente en camiones y se lanzaban a botaderos o al mar, los cuerpos muy inusualmente fueron encontrados. Después de establecerse la democracia, los pocos sobrevivientes hablaron y sus testimonios documentan casos como este donde la demencia dictatorial destruyó muchas vidas humanas.
Los fantasmas de Grimaldi
En todo lugar donde muchas personas mueren injustamente, una serie de eventos paranormales comienzan a ocurrir. Luego de la dictadura el sitio se limpió y se construyó allí un instituto de paz, llamado “Villa Grimaldi. Corporación Parque por la paz”. Allí los trabajadores cuentan las tristes historias de fantasmas que intentan buscar agua para limpiar las oscuras heridas de sus cuerpos, ocasionadas por los vejámenes de la dictadura. Dicen los trabajadores que dejan vasijas llenas de agua por la lástima que les produce ver esto, pues ya el miedo lo socavaron con Pinochet.
En las noches los vigilantes, muchos de ellos antiguos soldados de la dictadura sufren la horrible presencia de los fantasmas que ya no se muestran lastimeros sino terroríficos, así se desentraña la verdad sobre las personas que mataron y quedaron libradas de sus delitos. Hasta el día de hoy se siguen escuchando los gritos de dolor y muerte de hace casi cuarenta años.
Fuente de imágenes: 1 y 2: memoriaviva.com, 3: contrast.es