La edad media es una época de la historia que ha inspirado incontables películas, libros, obras teatrales y que aun en nuestros días sigue siendo todo un enigma pues las investigaciones no terminan y cada día se conocen más detalles de esta siniestra y enigmática época de la historia de la humanidad.
La mayoría de personas piensan que esta época rebozaba de romanticismo, perfumes, belleza, castillos y caballeros nobles. Pero esta es la idea que nos ha vendido el séptimo arte, pero no tenemos la certeza de cómo vivieron nuestros antepasados.
En la edad media las personas acostumbraban arrojar sus excrementos por las ventanas de sus casas porque era normal y bien visto que cada quien vaciara los orinales por las ventanas por este motivo los transeúntes debían caminar con mucha cautela y siempre mirar hacia arriba para no ser lavado por las necesidades de otros. Obviamente esta costumbre desencadeno terribles epidemias y enfermedades porque las calles estaban inundadas de heces fecales que no solo eran de humano sino también del resto de animales que habitaban las ciudades.
No se usaban los tenedores porque estaban prohibidos por la iglesia que afirmaba que estos utensilios eran creación del diablo y además de esto se tenía la creencia de que si Dios quería que los usaran no les habría dado dedos por lo que en esa época se comía con las manos. Solo las personas más adineradas usaban cisternas en sus baños mientras que la gente más humilde debía usar letrinas para hacer sus necesidades.
Las personas de esa época no se bañaban porque no existía la cultura de hacerlo por lo que se dejaban las mismas ropas durante días y estos también fue un desencadenante de muchas enfermedades muy famosos en la época con lo fue la peste negra. Las grandes urbes acumulaban tal cantidad de hedor que era percibido a kilómetros de distancia. La ropa se lavaba con orina y cenizas porque era una manera de hacer espuma para poder eliminar las manchas y la grasa de la ropa, lo que en día podría ser un excelente detergente.
Los hombres y las mujeres se maquillaban con albayalde para obtener una apariencia más juvenil y darle a la piel un color muy pálido pero este elemento era altamente toxico porque contenía enormes cantidades de plomo. Las cejas pobladas eran la sensación por aquella épica y tanta era la obsesión del pueblo por las modas que se pegaban pelo de rata para hacerlas parecer más abundantes.
Estas curiosidades demuestran en parte nuestros orígenes, aunque hoy en día vivimos de una forma muy diferente, las ciudades están atestadas de nuestras heces pero ahora pasan por debajo de nuestros pies y se siguen modas que incomodan a muchas pero que fascinan a gran parte de la población.