Tener una larga longevidad es para muchas personas uno de sus grandes sueños y, aun cuando en nuestros tiempos superar la barrera de los 80 años puede considerarse como afortunado y algo difícil, todavía existen algunas excepciones portentosas.
Y tal es el caso de Benito Martínez Abogán, nacido en Cavaellón (Haití), el 19 de junio de 1880 y quien murió en 2006, pero que se estableció en Cuba, y quien fue catalogado como el hombre más viejo del mundo. Al momento de su muerta contaba con 126 años de edad y gozaba de muy buena salud. Nunca contrajo matrimonio ni engendró hijos, sino exclusivamente se dedicó todo su vida, a trabajar la tierra.
Era conocido en su ciudad como el “Avión” y él, muy enfáticamente, aseguraba que su secreto para mantenerse aún con vida y salud, es no criticar a nadie y llevársela muy bien con todo el mundo, pues según él, esta es una de las mejores medicinas para el cuerpo, porque el alma al permanecer en paz con todo y con todos, puede gozar de salud y armonía.
Lo mejor de todo es que este señor cuentó con una salud envidiable, pues no necesitaba la ayuda de bastón para andar, comer solo, manejar su dinero y lo más increíble: poseía una vista bastante saludable. Padecía algunas enfermedades como es normal, pues el desgaste físico con el paso del tiempo se agudiza notablemente, pero estas dolencias no le han afectado el ritmo de vida que lleva. Por recomendaciones médicas, se había vuelto más mesurado en el trabajo del campo para que pueda seguir sobrellevando el paso del tiempo.
La población de Cuba, el 12 de octubre del 2005 llegó a 11’241.291 personas. La cifra de hombres, 50,03% supera muy discretamente a la de las mujeres, 49,97%, y la esperanza de vida alcanza a los 77 años de edad. La edad promedio de la población es de 35,1 años.
Los candidatos actuales a llegar a tal edad son Sakari Momoi y Yasutaro Koide, dos ancianos japoneses cuya edad ha sido certificada, nacidos en 1903 y quienes cuentan actualmente con 112 años.
Y tú ¿cuál es tu espectativa de vida? ¿Cuántos años te gustaría vivir? Seguro que algunos no desearían continuar ni un segundo más, pero otros estarían encantados de perpetuarse. Seguro que hay de todo.