Las mitologías de las distintas edades de la Tierra, resultan muy interesantes y enigmáticas, pues están cargadas de extraños saberes, dioses, magia, pero sobre todo de algo que va más allá de la moda y de las épocas: de respuestas del por qué y para qué de la existencia del ser humano.
Uno de esos inquietantes y más famosos dioses de la antigüedad, es Krishna, quien dentro de sus enseñanzas más trascendentales entrega a la humanidad la forma de salirse del doloroso ciclo de nacimientos y muertes al que estaríamos sometidos todos. Los estudiosos señalan la directa relación que tienen los nombres Cristo y Krishna. Veamos en seguida: el poderoso secreto detrás de este misterioso dios hindú:
El octavo Avatar de Vishnu
Así lo describen las corrientes hinduistas. Por toda la India, Krishna es una de las deidades más famosas y conocidas, de las de mayor importancia y veneración. La cantidad de historias que protagoniza es impresionante y varían según las tradiciones y culturas.
Sus enseñanzas, expuestas principalmente en el “Baghavad Gita: El Canto del Señor”, uno de los libros más antiguos y relevantes de los Vedas, considerado como el mismísimo evangelio de Krishna. Allí se explican asuntos de alta trascendencia espiritual, como el propósito de la existencia de cada ser humano, el por qué y para qué vivimos y la terrible situación en la que se encuentra la humanidad en esta era que allí se denomina: “El Kali Yuga”, o la edad de hierro oscura.
En este libro milenario se narra una cruenta guerra, en la que el discípulo y amigo de Krishna, Arjuna, debía comandar el ejército que iba del bando de su Señor. El problema era que los contrarios, a quienes debía eliminar Arjuna, eran nada más ni nada menos que sus propios parientes.
Según Swami Sivananda, uno de los gurús de la India más resaltados del siglo XX y quien explicó en detalle el Baghavad Gita, señaló que al igual que todos los demás libros y escrituras sagradas de las otras religiones milenarias, están en un lenguaje simbólico y hay que saber diferenciar lo que allí es literal, de lo que es un código velado.
Sivananda asegura que ese código contiene el camino secreto a la inmortalidad, a la verdadera vida eterna. Los hindúes siempre han creído en la reencarnación, o más precisamente en el retorno después de la muerte, pero olvidando todas las vidas pasadas y absolutamente todo, en la mayoría de personas.
Nacer, crecer, reproducirse, envejecer y morir. Pero según esta perspectiva, el alma vuelve a tomar un cuerpo y a repetir la misma vida de siempre. Así durante 108 veces y si en ninguna de esas encarnaciones esa alma no supera el estado humano inferior, entonces ingresará a reinos inferiores de la naturaleza y tomará cuerpos de animales, plantas y minerales en sufrimiento. A todo ese ciclo de nacimientos y muertes en los reinos, se le llama “La Rueda del Samsara”.
La liberación de la terrible Rueda del Samsara
Krishna enseña en el Baghavad Gita, cómo liberarse de esa terrible Rueda del Samsara, llena de dolores, angustias, problemas, desagrados, decepciones, traiciones, injusticias, desamor, etc, en cada existencia. La simbólica guerra de Kurukshetra, dice Swami Sivananda, representa la guerra que debe librar en su interior aquella persona que anhele la ascención espiritual y la liberación eterna de la muerte, la vejez, la enfermedad y el sufrimiento.
En ese sentido, los parientes con los que debe pelear el adepto, serían todos sus defectos psicológicos, que lo enferman, debilitan y destruyen en todo sentido a sí mismo. Dichos elementos inhumanos o demonios internos que viven en cada individuo: ira, lujuria, codicia, envidia, orgullo, pereza, gula, vicios, maldad, engaño, entre otros miles. En pocas palabras: no hay peor enemigo de alguien, que todo lo que hay en el interior de sí mismo, pues de eso nadie lo puede defender, ni esconder.
Si la mente se mantiene todo el tiempo concentrada en el momento presente y en el Señor Krishna o Dios Interior que mora en el corazón, de acuerdo con dichas enseñanzas hinduistas, al momento de la muerte el Dios creador del Universo liberará a su discípulo que se dedicó en vida a eliminar las inmundicias del alma y a venerarlo, fusionándose con él y tornándose un hombre Dios, o un Dios Hombre.
Comparado con la doctrina cristiana antigua y con lo expuesto en los cuatro evangelios, se trata de una doctrina o código similar. En ambos se enseña un camino determinado y diciplinado, para lograr la perfección, la vida eterna y la fusión integral con Dios. A Krishna lo describe el vaisvanismo gaudiya como el Dios Interno que vive en toda critura, la fuente de toda realidad en cualquier dimensión, ese Uno que es Todo y todos.
En la tradición védica indostán, cuando Vishnú, La segunda Persona de la Trinidad hindú (como el Hijo en la Cristiandad), se encarna en la Tierra para enseñar el camino verdadero a la Luz, se le llama Avatara, que traduce mensajero. Krishna es conocido como el Avatar número ocho de Vishnú. Dios encarnado, mostrándole a su creación cómo llegar a Él.
Por eso, en el Srimad Bhagavatam, otro libro que constituye la base del Bakti Yoga, aparece Krishna diciendo:
“…Yo indicaré los tiempos (condiciones)… en que los devotos al partir (de esta vida), lo hacen, para no volver jamás (a renacer), o para volver” (a encarnarse de nuevo).
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