Hace varios años, en una torre en la villa de Mosta, que era conocida como la Cumbo Tower y pertenecía a una amable y dadivosa familia vivía la preciosa Marianne, quien tenía a su lado a un sirviente llamado Haggi, quien había nacido en calidad de esclavo turco, empero fue liberado por el núcleo familiar Cumbo, y contratado como asistente de su hija, de la cual se enamoró locamente.
El anhelo de Haggi por casarse con Marianne quedó hecho añicos una vez que un apuesto hombre, Toni Manduca, se fijó en la bella chica y solicitó al papá su mano. Encantado con la iniciativa, el papá aceptó velozmente la propuesta, sumiendo a Haggi en el proceso en un horroroso enfado, al sentirse cruelmente traicionado por el núcleo familiar al que quería y tanto había dado, decidió huir.
Al caer la noche, fue a la costa, donde localizó un barco que se dirigía a Turquía y se montó en él, dejando atrás Malta y volviendo a su territorio de procedencia.
Pasado un año, Haggi regresó a Malta justo en la noche previa a la boda de Marianne y Toni, pero no vino solo, sino en compañía de un nutrido conjunto de amigos y, unidos, se dirigieron hacia la vivienda de los Cumbo. Toni no estaba ahí en aquel instante, de esta forma que, una vez que llamó a la puerta, fingió ser él que llamaba y cuando el mayordomo abrió la puerta se abalanzó sobre él y lo mató, luego subió a la habitación de su amada, la tomó y huyó con ella a Turquía.
Desenlace
Toni triste con lo que había pasado, decidió salir tras del maleante que le había robado a su prometida y partió hacia el mismo destino disfrazado de turco. Una vez ahí, y tras haber investigado a lo largo de unos días, averiguó el paradero de Marianne, quien estaba viviendo en el palacio del Sultán, a donde se dirigió para rescatarla.
Llegando a su destino, Toni escuchó una hermosa combinada con una triste música que salía de una ventana del palacio, reconociendo al instante la voz de su amada. El joven, respondió a la melodía y Marianne, al escuchar a alguien cantar tras las paredes, prestó atención a aquel canto y cuál ha sido su sorpresa al encontrar que, la persona que respondía era Toni, contándole como huirían.
La joven fue en busca de ayuda, de la única amistad que había hecho en el palacio: la hija del sultán, quien no dudó en prestarle su colaboración.
La princesa, que poseía enorme aprecio a Marianne y quería verla feliz, disfrazó a la maltesa y la sacó del palacio, para llevarla al encuentro de su preciado Toni, tras lo que se dirigieron a la costa para embarcar en un diminuto barco con el que volverían a Malta con el corazón en un puño, para obtener a su llegada un final feliz, contrayendo nupcias.
Fuentes:
- http://photoblog.alonsorobisco.es/
Imágenes: 1. http://www.descubremalta.com/
Historia de la Villa de Mosta
Hace varios años, en una torre en la villa de Mosta, que era conocida como la Cumbo Tower y pertenecía a una amable y dadivosa familia vivía la preciosa Marianne, quien tenía a su lado a un sirviente llamado Haggi, quien había nacido en calidad de esclavo turco, empero fue liberado por el núcleo familiar Cumbo, y contratado como asistente de su hija, de la cual se enamoró locamente.
El anhelo de Haggi por casarse con Marianne quedó hecho añicos una vez que un apuesto hombre, Toni Manduca, se fijó en la bella chica y solicitó al papá su mano. Encantado con la iniciativa, el papá aceptó velozmente la propuesta, sumiendo a Haggi en el proceso en un horroroso enfado, al sentirse cruelmente traicionado por el núcleo familiar al que quería y tanto había dado, decidió huir.
Al caer la noche, fue a la costa, donde localizó un barco que se dirigía a Turquía y se montó en él, dejando atrás Malta y volviendo a su territorio de procedencia.
Pasado un año, Haggi regresó a Malta justo en la noche previa a la boda de Marianne y Toni, pero no vino solo, sino en compañía de un nutrido conjunto de amigos y, unidos, se dirigieron hacia la vivienda de los Cumbo. Toni no estaba ahí en aquel instante, de esta forma que, una vez que llamó a la puerta, fingió ser él que llamaba y cuando el mayordomo abrió la puerta se abalanzó sobre él y lo mató, luego subió a la habitación de su amada, la tomó y huyó con ella a Turquía.
Desenlace
Toni triste con lo que había pasado, decidió salir tras del maleante que le había robado a su prometida y partió hacia el mismo destino disfrazado de turco. Una vez ahí, y tras haber investigado a lo largo de unos días, averiguó el paradero de Marianne, quien estaba viviendo en el palacio del Sultán, a donde se dirigió para rescatarla.
Llegando a su destino, Toni escuchó una hermosa combinada con una triste música que salía de una ventana del palacio, reconociendo al instante la voz de su amada. El joven, respondió a la melodía y Marianne, al escuchar a alguien cantar tras las paredes, prestó atención a aquel canto y cuál ha sido su sorpresa al encontrar que, la persona que respondía era Toni, contándole como huirían.
La joven fue en busca de ayuda, de la única amistad que había hecho en el palacio: la hija del sultán, quien no dudó en prestarle su colaboración.
La princesa, que poseía enorme aprecio a Marianne y quería verla feliz, disfrazó a la maltesa y la sacó del palacio, para llevarla al encuentro de su preciado Toni, tras lo que se dirigieron a la costa para embarcar en un diminuto barco con el que volverían a Malta con el corazón en un puño, para obtener a su llegada un final feliz, contrayendo nupcias.
Fuentes:
- http://photoblog.alonsorobisco.es/
Imágenes: 1. http://www.descubremalta.com/