Los científicos concuerdan con que el Cinturón de Fuego del Pacífico se está activando desde hace años y esto se ve reflejado en el aumento significativo de la actividad volcánica. En Latinoamérica ya varios han hecho erupción, ocasionando tragedias impresionantes con miles de víctimas. En esos países se encuentran colosos con un potencial destructivo cual ninguno y con características especiales distintas. Aunque los más peligrosos se encuentran en otras partes del mundo, en esta región de América se hallan verdaderos “monstruos” que en algún momento estallarán. Veamos: “los volcanes más peligrosos de Latinoamérica”:
El volcán Turrialba
Se ubica en Costa Rica. Después del año 2016, cuando presentó la peor erupción del siglo, quedó en gran actividad y pone en gran peligro a la capital del país, San José, que tan sólo queda a 60 kilómetros del coloso. Desde ese momento, son frecuentes las expulsiones de materiales incendiarios, gases y ceniza.
Cotopaxi
Es uno de los más activos de Ecuador. En el año 1887 causó una tragedia impresionante, donde murieron cientos de personas. En 2015 comenzó a mostrar una mayor actividad y ha puesto varias veces en alerta máxima a las comunidades cercanas. Los científicos no cesan de observarlo con el propósito de evitar tragedias, ya que es totalmente posible avisar con antelación de una erupción.
Colima
Durante los últimos años ha mantenido en alerta a México, especialmente al estado de Colima y de Jalisco, porque continuamente expulsa material ardiente y cenizas. Se trata de un volcán enorme, con más de 3 mil metros de altura. Las evacuaciones han sido reiteradas. Igualmente, su máxima actividad comenzó desde 2015.
Tungurahua
Un monstruoso estratovolcán, cuya erupción haría recorrer material piroclástico a más de 300 kilómetros por hora, en una infernal explosión de gases y arena con temperaturas de más de 1200 grados Celsius. Se localiza a 180 kilómetros de la capital ecuatoriana y desde el año 1999, se despertó y por eso también permanece en total observación.
Nevado del Ruiz
Ya ha causado terribles tragedias, como en la década de los 80’s, cuando borró del mapa a una población de casi 30 mil personas llamada Armero. El gigante de 5.364 mts sigue estando muy activo. Muchos lo describen como la bella y la bestia al mismo tiempo, por su imponente presencia y paisajes. Pero en un segundo, es capaz de generar el infierno a muchos kilómetros alrededor.
Villarrica
En Chile. Coincidentemente, también entró en su actividad más peligrosa desde 2015. Sus expulsiones de lava son terroríficas, ya que alcanzan más de mil metros de altura y ha causado varios desastres en los poblados cercanos. Chile se encuentra en una de las regiones más críticas del Cinturón de Fuego del Pacífico. Los temblores son constantes y todo en su conjunto, mantiene en alerta a los habitantes de Villarrica, donde se halla localizado.
Galeras
Se la ha considerado como el “volcán más activo de Colombia”. Numerosas evacuaciones se han debido realizar en los últimos años por explosiones, fumarolas y ceniza expulsada. En los años 90’s, unos científicos y visitantes perdieron la vida mientras se hallaban contemplando el cráter, porque de un momento a otro, hizo erupción.
Ubinas
De todo el territorio peruano, este volcán es el más activo. Se encuentra en Moquegua, un departamento al sur de la nación. Al igual que los demás de esta lista, ha lanzado varias advertencias de una erupción, como por ejemplo en 2009 cuando lanzó explosiones y ceniza, ocasionando daños graves en las plantaciones que lo circundan. Arequipa, una de las ciudades principales de Perú, se localiza a tan solo 70 kilómetros del Ubinas. Allí residen más de un millón de personas.
Popocatépetl
Es uno de los temores más grandes de los mexicanos. Permanece monitoreado las 24 horas, pues desde el año 1994 se despertó de su profundo sueño y cada vez parece advertir de una mayor actividad. Ha llegado a expulsar ceniza a casi 3 kilómetros de altura a modo de aviso. Cuenta con más de 5.450 mts de altura. Popularmente le llaman “Don Goyo”.
Diversos investigadores han acusado a las distintas autoridades de cada país, por no informar a tiempo a las poblaciones en riesgo ante una erupción, porque sí es posible saberlo varias horas antes. Los institutos de vulcanología y sismología permanecen observando algunos colosos, las 24 horas del día.
Muchas catástrofes son posibles de prevenir, gracias al avance tecnológico en estudios sismológicos y climatológicos.
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