Pero en ocasiones, la comisión puede llevar a que las personas tomen decisiones insensatas. El pasado mes de octubre Chau arribó a India con un único objetivo: viajar a la isla de Sentinel a tratar de convertir a sus habitantes al cristianismo y enseñarles lo que él considera las bondades de las Sagradas Escrituras.

La Isla Sentinel

En el artículo La Sociedad Perdida hablamos de los indígenas de la Isla Sentinel: un grupo humano que ha permanecido aislado de nuestra civilización por milenios y que en la actualidad reacciona agresivamente ante cualquier persona que trate de ingresar a su territorio. Tras varios intentos para interactuar con ellos durante el siglo pasado, el gobierno indio optó por simplemente prohibido el acceso a la isla y permitirles vivir en paz.

En la actualidad, cuando hay desastres naturales los helicópteros sobrevuelan la zona para verificar que los habitantes de la isla sigan con vida (fuera del alcance de las flechas claro), pero además de eso nadie está autorizado para entrar a ese territorio. No sólo se trata de respetar la autonomía de los habitantes de la isla (que claramente quieren ser dejados en paz) sino de la certeza que cualquier esfuerzo por integrarlos a nuestra sociedad posiblemente terminaría en su destrucción no sólo como cultura, sino como individuos. Es, al menos, lo que ha sucedido con otros muchos grupos indígenas que han terminado por desaparecer.

Pero para el joven Chau evidentemente la legislación india y los deseos del pueblo sentinelés no eran de importancia. Él tenía una misión que cumplir.

Viaje a la isla                                      

El 15 de noviembre Chau pagó poco más de 300,00 $ a un pescador para que lo acercara a la isla. Desde allí, con una pequeña canoa llevó sus costas y comenzó a tratar de socializar con los nativos. Volvió aquella tarde al barco del pescador con varias heridas de flecha.

Para cualquiera, esto habría sido suficiente para convencerse de que esta no era una buena idea. Pero Chau era persistente y estaba seguro de la nobleza y necesidad de su misión.

El día siguiente volvió a intentarlo. Un joven atravesó su Biblia con una flecha y los nativos destruyeron su canoa, por lo que le toco volver nadando. De acuerdo con las entradas en su diario parece ser que en este momento comenzó a tener miedo y a pensar que su muerte era posible.

Pero aún así decidió volver un tercer día.

En este momento los pescadores no lo vieron más, y de pronto notaron a los nativos arrastrando un cuerpo por la playa de la isla y enterrándolo. En ese momento decidieron huir del lugar e informaron a un amigo del joven misionero lo que había ocurrido.

Un acto irresponsable

Las autoridades indias capturaron y judicializaron a las personas que me ayudaron a Chau a viajar a la Isla Sentinel. En este país es bien sabido que cualquier tipo de contacto con los nativos está prohibido y será penalizado por la ley.

Para el gobierno indio el contacto con los nativos es extremadamente peligroso no sólo porque las personas pueden resultar muertas (como le pasó a Chau), sino porque nosotros estamos expuestos a muchas enfermedades que para los nativos podrían ser mortales. Una aventura como la de Chau perfectamente podría terminar en la aniquilación de la tribu de la Isla Sentinel.

Parece ser que Chau sabía esto, pero estaba convencido de que su misión era necesaria. En su diario había escrito que esta isla era “la última fortaleza de Satanás, donde las personas no habían podido escuchar la palabra de Dios”.

El gobierno indio debate en este momento si es pertinente recuperar el cuerpo de Chau, no sólo por motivos funerarios sino para evitar la contaminación de la isla con algún patógeno desconocido.

Fuentes:

1. https://www.scmp.com/news/asia/south-asia/article/2174585/selfless-idealist-or-foolish-adventurer-who-was-john-allen-chau
2. https://edition.cnn.com/2018/11/21/asia/andaman-nicobar-us-missionary-killed-intl/index.html

Imágenes: 1: telegraph.co.uk, 2: newstalkzb.co.nz