De sueños y ruinas
Hoy el camino nos trae hasta un lugar y hasta un blog muy especiales. Villa Excelsior, un palacete indiano enclavado en el corazón de Asturias y que por el abandono de sus herederos se muere lentamente. Y un blog, “El jardín de Villa Excelsior”, donde su autor, Zanobbi, ha creado un punto de reunión y lucha para que esto no suceda.
Villa Excelsior
El palacete fue construido en 1912 por Manuel Méndez de Andés, sobrino de un asturiano con el mismo nombre que hizo fortuna en Argentina a mediados del siglo XIX.
Villa Excélsior fue diseñada por el arquitecto Manuel del Busto, que se reservaba este tipo de arquitectura de estilo Indiano para sus clientes más adinerados y elitistas. Y uno de esos clientes fue Méndez de Andés, el sobrino del primer Méndez de Andés, que hizo fortuna en Argentina y se convirtió en un personaje notable, llegando incluso a recibir el nombre de una calle en Buenos Aires por su labor social y cultural desinteresada. Andés tío no tenía herederos directos y se llevó a su sobrinito, siendo este todavía un niño, a Buenos Aires para que heredara y dirigiera sus negocios y su fortuna. Entre ellos una conocida fábrica de tabaco, cuyos puros se conocían como Excélsior, nombre que llevaría la mansión de Andés en Buenos Aires y más tarde, en Asturias.
En 1897 muere su tío, que es enterrado con honores en el cementerio de la recoleta y el sobrino se pone al frente de los negocios. A principios Méndez de Andés vuelve a Asturias para casarse con un joven de familia noble, Doña Tarsila Blanco Abella.
Manuel Méndez de Andés decide construir una mansión digna de su poderío económico, y así, en unos extensos terrenos que le ceden en Luarca los padres de Tarsila se levanta una nueva Villa Excélsior, mucho mayor que la primera en Buenos Aires.
La construcción es grandiosa, en ella se mezclan elementos de arquitectura medieval, clásicos, modernistas y secesionistas. Un laberinto de galerías, balcones, porches, terrazas, cubiertas y ventas multiformes. Una majestuosa escalera de mármol, el gran salón del billar al más puro estilo indiano, corredores de maderas preciosas traídas de lugares lejanos expresamente para la villa, cristaleras espectaculares en sus ventanas. Una verdadera joya arquitectónica coronada por una torre con cúpula cubierta de azulejos verdes. La decoración estuvo a cargo de una empresa londinense, y casi todos los muebles fueron encargados a la afamada firma Maple, así como la grifería. En fin, todo fue puesto allí hasta el más mínimo detalle, incluyendo las caballerizas y el inmenso jardín, diseñado por Pedro Múgica, que conseguiría crear uno, si no el más, de los jardines más bellos de Asturias.
Méndez de Andés viviría a partir de entonces a caballo entre Asturias y Argentina, para atender sus negocios. Tendría seis hijos, que junto a su madre vivirían en la Villa sin ningún tipo de apuros ni preocupaciones, esperando con ansia que su padre volviese de sus viajes para agasajarlos con juguetes y regalos.
Pero Méndez sobrino no tenía la misma capacidad empresarial que su tío, y sus empresas no tardaron en convertirse en poco producentes. Llegó la primera guerra mundial y sus negocios de exportaciones no tardaron en verse en la más profunda ruina y bancarrota. El nivel de vida que llevaba Méndez tampoco ayudaba demasiado, pues el despilfarro del que hacía gala también fue una causa de su ruina.
A excepción del jardinero y una criada, Doña Társila tuvo que prescindir del resto del numeroso servicio que tenía la Villa en su época dorada. Aunque en la villa se daban fiestas y aparentemente, continuaba el esplendor pasado.
Con los negocios en Argentina arruinados, Don Manuel decide regresar a España para siempre, pero nunca lo conseguiría, pues se encontró muerto en el camarote del barco que lo traía en su último viaje en 1931.
La familia continuó viviendo en la villa, gracias a los padres de Doña Társila continuaron con una vida más o menos acomodada. Hoy en día solo queda con vida una hija de Társila, llamada también Társila, con 96 años. La última persona que vivió en la Villa fue Esther, otra de las hijas de Társila madre, que siendo demasiado mayor tuvo que dejar la Villa.
Desde hace años, Villa Excélsior se encuentra en completo abandono, en estado ruinoso. Los herederos no quieren, o no pueden, hacerse cargo de éste lugar. Ventanas y puertas rotas, goteras, robos… ya tan apenas se aprecia entre la maleza del jardín el esplendor que lució durante sus décadas doradas.
El jardín de Villa Excélsior
Zanobbi, autor de este fantástico blog, conoció la Villa un día lluvioso allá por principios de los años 90. Y en su interior conoció al fantasma que la habitaba, la anciana Esther, que les contó sus recuerdos y con la que entabló cierta amistad.
Desde aquel día Villa Excélsior siempre ha estado en su mente y en su recuerdo y lentamente, en el paso de casi dos décadas, ha visto como la mansión ha caído en la más triste decadencia.
En este blog, se centralizan opiniones, experiencias e imágenes de Villa Excélsior y se lucha para que éste singular edificio de Luarca vuelva a cobrar vida y no acabe desmoronándose por el triste abandono al que se ve sometido. Se intenta que el principado tome cartas en el asunto y que le dé la solución que los herederos parece ser, no tienen intención de llevar a cabo.
Os aconsejo una visita a este blog, donde conoceréis mucho más de la historia de este lugar. Fotografías, vídeos, experiencias e historias y donde, como dice Zanobbi:
Se mezclan villas con sueños, músicas, miradas y otras vaguedades…
WWW.ZANOBBI.WORDPRESS.COM
Fuentes:
www.zanobbi.wordpress.com
Las fotografías de éste post están tomadas del blog de Zanobbi, muchas han sido prestadas a dicho blog por sus lectores. Perdonen por no poner las fuentes exactas de las imágenes. Si a algún autor de las fotografías le molesta la indiscreción no tienen más que comentarlo y serán eliminadas.
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