Leyendas de Turquía
El pueblo turco es rico en leyendas y mitología: hay historias que nos narran guerras, romances o conflictos. Pero hay una que nos cuenta el nacimiento del pueblo turco, donde la madre naturaleza intervino para dar origen a un pueblo lleno de guerreros y valientes.
Se dice que al principio el pueblo turco era nómada y que para buscar recursos tenían que trasladarse constantemente. Y como podrán suponer, una de las desventajas de ser una comunidad itinerante es que se ven muy vulnerables ante posibles ataques de tribus rivales.
Fue así como, un día acampando en una zona de la antigua China, la gente de la tribu otomana fue atacada por un grupo rival. Todo quedó desolado, se perdieron centenares de vida ese día y solo un pequeño bebé sobrevivió con graves lesiones: sus pies fueron cortados y fue arrojado a un pantano a su suerte.
El llanto del niño
Los lamentos del infante llegaron a los oídos de una loba que se apiadó de la criatura y le dio cobijo. El animal crió al inocente como si fuera su propio hijo, pero su relación dio un giro de 180 grados y el bebé se convirtió en un fuerte jovencito, quien se enamoró de la loba y se unió a ella sexualmente.
Sin embargo, las circunstancias de la vida los llevaron a que su relación fuera descubierta y su amorío prohibido fue descubierto. Un grupo de hombres capturaron a nuestro protagonista y le dieron fin, la loba observó horrorizada lo sucedido y huyó hacia las montañas en busca de refugio.
De la unión de la loba y el joven nacieron 10 bebés mestizos, una mezcla entre lobos y hombres con habilidades extraordinarias, sobrehumanas. Al crecer estos híbridos, se unirían con mujeres de la zona y de ellos saldría una progenie de guerreros dotados con talento extraordinario para la batalla.
Y así, cuenta la leyenda, nacieron los turcos.
Fuentes:
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Imagen: elveiga.blogspot.com